Solo el especialista determinará el tipo de afección
De acuerdo con el oftalmólogo Víctor Rebolledo, la conjuntivitis es una inflamación generalmente causada por virus, bacterias o una reacción alérgica al polvo, el moho, la caspa animal o el polen. La conjuntiva puede verse irritada por la acción del viento, el polvo, el humo y otros agentes que producen polución.
“En ciertos casos, la enfermedad puede durar meses o años, todo depende del trato que reciba el paciente, puede ser causada por procesos en los que el párpado se tuerce hacia fuera (ectropión) o hacia dentro (entropión), problemas con los conductos lagrimales, sensibilidad a ciertos productos químicos, exposición a sustancias irritantes e infección causada por una bacteria en especial”.
Asimismo, manifestó que las causas más comunes son los virus, las bacterias y los alérgenos, aunque existen otras como sustancias químicas, hongos y ciertas enfermedades.
“Los síntomas se reconocen de inmediato ya que el ojo enrojece y lagrimea más. Existe ardor y sensación de tener un cuerpo extraño dentro del ojo. La sensibilidad a la luz es otro de los síntomas; sin embargo, los especialistas debemos realizar las pruebas necesarias para saber qué clase de conjuntivitis es”.
Rebolledo expuso que muchas personas piensan que solo existe un tipo de conjuntivitis y van a la farmacia y compran unas gotas, pensando que esta se calmará, lo cual es falso, ya que estas lágrimas artificiales pueden empeorar la parte afectada. “Hay diferentes tratamientos para cada uno de los casos que se presentan”.
“Nosotros elaboramos una historia clínica y una exploración ocular en función de los síntomas. En las conjuntivitis alérgicas es frecuente que estos síntomas se asocien al resto de patologías que el paciente está sufriendo, como la rinitis o la dermatitis. En las infecciosas también se pueden llevar a cabo pruebas para identificar al agente”.
Tratamientos
Las causas influirán en el tratamiento. Para empezar, deben limpiarse los ojos, quitar las secreciones con un paño limpio, agua tibia o suero fisiológico estéril. También suelen ser útiles las compresas frías y los analgésicos.
El tratamiento puede ser la administración de colirio, pomada o gel antibiótico. Para curar la conjuntivitis alérgica o vírica, lo más efectivo es el uso de gotas oftálmicas con corticosteroides, que nunca deberán utilizarse en el caso de que la infección se haya producido por herpes, ya que los corticosteroides empeoran la infección.
“Es importante que cuando se apliquen las gotas recetadas por el médico, duren tres minutos con el ojo cerrado, para que el líquido pueda regarse por toda el área”.
En el caso de los niños, la administración de las gotas puede resultar mucho más compleja. “Si se resisten, puede recurrirse a tumbarles con la cabeza inclinada hacia atrás y hacia arriba, pedirles que cierren los ojos y aplicarles la gota en el lagrimal”. Destacó que es importante tratar esta enfermedad para prevenir contagios y complicaciones.
Lo fundamental es la prevención
El especialista recalcó que lo más importante es cumplir con las medidas de prevención, se debe comenzar por lavarse las manos a menudo y evitar frotarse los ojos.
“No se debe utilizar toallas, almohadas, sábanas u otro tipo de objetos que hayan podido estar en contacto con la cara de una persona infectada. Trata de lavar estos objetos con frecuencia, sobre todo si convives con otras personas, y procura no compartirlos”.
El cloro de las piscinas también puede ocasionar conjuntivitis a quienes son sensibles a esta sustancia. “Todo esto se debe tomar en cuenta para que no se convierta en una epidemia”./Diana López/ac/Foto: Jesús Chacón/