El papa Francisco bautizó, dio la comunión y confirmó a 10 personas de diferentes edades y nacionalidades durante la Vigila Pascual, uno de los principales ritos de la Semana Santa.

En esta ceremonia religiosa en la que los católicos esperan la resurrección de Jesús, el pontífice bautiza a varios catecúmenos, que son las personas mayores que aspiran a ser cristianos. Entre las personas que fueron bautizadas por el pontífice este año figuran cuatro italianos, tres albaneses y una mujer de Kenia. También la pintora portuguesa Helena Lobato, de 45 años de edad, y la niña camboyana Champa Buceti.

La Vigilia Pascual comenzó con la bendición del fuego, durante la cual el pontífice incidió con un punzón sobre el Cirio Pascual, que lleva una cruz con la primera y la última letra del alfabeto griego, la alfa y la omega, y las cifras del año en curso.

Tras el rito del encendido, marcación y bendición del cirio se celebró la “Liturgia de la Palabra” y la “Liturgia Bautismal”. La Vigilia Pascual precede a la misa solemne del Domingo de Resurrección, en la que el papa leerá el Mensaje Pascual en una plaza de San Pedro decorada con miles de flores obsequio de floricultores holandeses. Además, en esta ceremonia se procedió al canto pascual de la Liturgia Bizantina para celebrar que este año el occidente y el oriente cristiano celebran la Pascua el mismo día.

Sobre Helena Lobato

Es una conocida pintora portuguesa que ha dedicado su vida al arte. A sus 44 años nunca se había interesado por la fe hasta que un día llegaron las dudas sobre su propia vida. “Yo no me consideraba una persona con fe y nunca me había interesado la  religión”, aseguró la artista en una oportunidad.

Todo comenzó con una carta. A pesar de no ser católica, sintió la necesidad de escribirle al Papa. Le pedía respuestas a todas las dudas de su vida, respuestas que no encontraba en los “consejos humanos”. Le pedía luz y tres meses más tarde llegó la respuesta. Una carta de Francisco.

La pintora ha asistido a catequesis de adultos para prepararse para recibir el sacramento del bautismo. Sin embargo, tardó cerca de dos meses en aceptar de corazón la invitación que el Papa Francisco le había hecho.