El párroco de la Ermita de la Caridad del Cobre, Juan Rumín Domínguez, solicitó el apoyo de la comunidad internacional para resolver la situación de los 1.500 cubanos que se hallan varados en Costa Rica.
Durante una misa celebrada en esta iglesia de Miami (EE.UU.), símbolo religioso y lugar de peregrinación para miles de cubanos en el exilio, el padre Rumín invocó a los feligreses “rezar para resolver el problema” de los inmigrantes a los que Nicaragua les ha cerrado la frontera desde el pasado 15 de noviembre.
Ante un auditorio que abarrotó el recinto, y en el que estuvieron presentes un grupo de las Damas de Blanco y miembros del exilio cubano, el religioso manifestó que el cierre de las fronteras no es la solución a la “falta de libertades” que se vive en Cuba y que obliga a muchos a tomar el camino de la migración.
“Si se quita la Ley del Ajuste Cubano, Miami se llenaría de cubanos indocumentados, porque los inmigrantes seguirán dirigiéndose al norte, sur, este, oeste, por el régimen que hay allá”, señaló el párroco durante su homilía, que estuvo dedicada a los cubanos que esperan una solución en albergues de Costa Rica.
Unos 2,500 en una semana
Desde el sábado de la semana pasada, Costa Rica ha recibido una oleada de unos 2.500 emigrantes cubanos en su frontera con Panamá, con el objeto de continuar su camino por Centroamérica hasta Estados Unidos, y la mayor parte de ellos procedentes de Ecuador, el único país de la región al que los cubanos pueden entrar sin visa.
Costa Rica les otorgó visas temporales de tránsito, pero el pasado domingo 15 de noviembre, Nicaragua cerró su frontera y propició que unos 1.500 cubanos queden varados en nueve albergues, con la posibilidad de que el número se incremente en los próximos días.
Para intentar desatascar esta situación, el próximo martes en El Salvador se realizará una reunión entre los cancilleres del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), ampliada a Cuba, México, Colombia y Ecuador; todos los países que los cubanos atraviesan antes de llegar a EE.UU.