Las centenarias casas de la Aramendi están en peligro
MARIBEL SÁNCHEZ
“Esta casa era de mi mamá, que a su vez fue de mi abuela y ha pasado de generación en generación, la cuidamos mucho porque es un patrimonio familiar invaluable. La estructura, por lo antigua de la casa, está bastante afectada a nivel de filtraciones desde el techo que incide en el deterioro de las paredes y que además moja todo el piso, por lo que tengo que poner perolitos por doquier para aguantar las goteras”.
Así lo expresó Mireya Liendo, residente de la calle Aramendi de Los Teques, quien es la propietaria de una vivienda que tiene 200 años.
Está consciente de que algunos problemas de humedad deben ser solventados por los propietarios, pero que a veces son tan altos los costos de los materiales que a muchos se les dificulta hacerle frente.
“Quienes construyeron esta casa, usaron muy buenos materiales para la época. De hecho, las vigas todavía están en buena forma y fuerza, pero las mallas y la estructura están ya deterioradas por lo que cuando llueve el agua se colea entre las juntas principales; se dañó el techo raso que habíamos puesto y las paredes están escarapeladas por cuenta de la extrema humedad”.
Hay muchas casas de esa zona que están en iguales o peores condiciones que la de ella, pero ninguno de los consejos comunales han logrado en sus gestiones que esta problemática sea solventada por completo con apoyo de los entes pertinentes.
“En una oportunidad, hace como siete u ocho años, se logró la aprobación de un apoyo económico a través del Consejo Federal de Gobierno; pero al momento de bajar los recursos fueron frenados por la falta de declaración en la memoria y cuenta de la gestión en ese año. De no haber sido por eso, hoy tendríamos nuestras casitas en mejores condiciones”.
Improvisan soluciones
Rubén Molina, lugareño, aseguró que la vivienda en la que viven él y su mamá es también amenazada por las filtraciones, dejando ver un evidente deterioro en paredes y techos.
“Estas son casas muy pero muy viejas. La entrada principal tuvimos que clausurarla e improvisar una por la parte trasera, en virtud de que todo el muro que hace parte del frente se estaba viniendo abajo y tuvimos que desalojar esa zona, pero sigue siendo un riesgo porque en cualquier momento se desploma”.
Las goteras son una constante, la vivienda está dividida entre techo de placa y techo de zinc. “La humedad se expandió por la parte que es concreto, esta llovedera no da chance de nada, y la parte donde están las láminas de zinc están también corroídas; por más que intentamos reparar esas goteras siempre se nos mete el agua”./rp Foto: Yuliettsha Molina