Piscina de clavados centro María Lenk
El dramático cambio de color del foso de clavados en la Villa Olímpica de Río 2016 está dando mucho de qué hablar. La piscina, ubicada en el Centro Acuático María Lenk, comenzó a cambiar de su color original azul celeste a un verde obscuro, algo que quedó patente justo antes de que se realizaran las finales de clavado femenino de este martes por la noche.
El color verde esmeralda de las aguas del foso contrasta especialmente porque se encuentra justo al lado de otra piscina que se usa para las competencias de polo acuático, lo que resalta dramáticamente el cambio.
Afortunadamente, el misterio ha sido explicado por las autoridades cariocas. Mario Andrada, portavoz de la organización a cargo de las Olimpiadas en Río, dijo que el fenómeno se debe a “la proliferación de algas”, y que eso se ha dado “por el calor y la falta de aire”, en declaraciones difundidas por de Associated Press. El funcionario también dijo que el agua volverá a ser azul “pronto”.
“El asegurarse de [tener] una alta calidad en el terreno de juego es obligatorio para el comité organizador de Río 2016”, se dijo en un comunicado publicado por el diario The New York Times. “Se realizaron pruebas en el agua del foso de clavados del centro acuático María Lenk, y no encontramos riesgo alguno para los atletas”.
El fenómeno causó la alarma de inmediato, especialmente entre los atletas olímpicos, como el británico Tom Daley, que recurrió a sus redes sociales para llamar la atención sobre el tema. Lo curioso es que, mientras el británico se alarmó, otros, como la canadiense Roseline Filion —que resultó ganadora de la medalla de bronce en clavado sincronizado en plataforma de 10 metros en dicho foso— dijo lo que ha hecho al respecto. “Nosotros solo dijimos ‘cierra los ojos, cierra la boca, vas a estar bien'”.