ELÍAS JAUA MILANO
Faltan menos de 30 días para elegir a las y los constituyentes del 2017 e iniciar el necesario proceso de transformación del Estado, con la finalidad de recuperar la corresponsabilidad y cooperación de los Poderes Públicos como garantía de la seguridad ciudadana, la paz de la República, la aplicación de la justicia, sin distinción de inmunidades ilegalmente utilizadas. Se avecina un tiempo para la recuperación de la tranquilidad nacional.
Pero más allá de la coyuntura, el tiempo constituyente será también un gran espacio para el debate crítico, autocritico de lo que está mal hecho, de las desviaciones generadas por las corruptelas de todo pelaje para generar desde el Poder Originario del Pueblo un gran movimiento de rectificación y cambio, de todo lo que tenga que ser cambiado para despejar el horizonte revolucionario de la Patria.
Desde la futura Asamblea Nacional Constituyente, hay que generar una gran discusión de cómo hacer esos cambios y transformaciones revolucionarias que nos permitan consolidar, dentro de nuestro proyecto socialista bolivariano, la consolidación y expansión de un modelo de economía mixta productiva y de distribución transparente y justa para toda la población.
Para ello, requerimos avanzar en mecanismos que permitan desatar el desarrollo de las fuerzas productivas y en una nueva cultura de la administración ética y eficaz de los recursos, insumos y productos necesarios para consolidar el nuevo sistema económico que nos garantice prosperidad para todos y todas.
En el proceso popular constituyente en marcha, perseguimos hacer irreversible los derechos sociales y políticos conquistados por nuestro pueblo, para que nunca nadie se atreva a quitarle el carácter de derecho humano a la educación, la salud, la recreación, al acceso a las tecnologías de información, a la vivienda, a la alimentación y a la participación y protagonismo del pueblo. Vamos a dejar sembrado en la Constitución Bolivariana la espiga del Poder Popular, como garantía del porvenir.
El proceso popular constituyente de 2017 quiere dejar, para siempre, una puerta abierta a lo más preciado de un pueblo, su juventud. Incluir un capitulo constitucional sobre derechos de los y las jóvenes, es el más sentido legado que podemos dejar los revolucionarios y revolucionarias de este tiempo, para empinarnos como sociedad hacia las décadas venideras.
Estos son algunos de los temas que hoy por hoy toman fuerza en el debate constituyente de la calle, son muchos más y miles de ideas florecerán en los meses que se avecinan.
El 30 de julio habrá elecciones, votaremos con valentía frente al chantaje y la amenaza de los violentos, la dirigencia de la MUD será responsable del terrorismo que se intente contra los y las votantes y los centros electorales, nosotros no lo permitiremos. El fascismo no nos quitará el derecho a elegir y a ser elegidos, que nos hemos ganado como pueblo.
El Poder Originario del bravo pueblo hará valer su derecho a ejercer la democracia para abrir anchos horizontes para Venezuela. Dios mediante, poder del pueblo mediante así será.