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Senado argentino somete a votación legalización del aborto

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Periodistas de Avance

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El Senado argentino comenzó a debatir este miércoles,  08 de agosto, un proyecto de legalización del aborto en una crucial sesión sobre la que estarán posados los ojos de la comunidad local e internacional.

Los 72 senadores decidirán si apoyan o rechazan la iniciativa aprobada por la Cámara de Diputados el 14 de junio que despenaliza y legaliza la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación y que en la tierra del papa Francisco llegó al Congreso por el empuje de agrupaciones feministas.

La histórica sesión, que podría prolongarse hasta la noche, es seguida en las inmediaciones del Parlamento por manifestantes a favor y en contra del aborto. Los ojos del mundo también están pendientes del voto de los legisladores, entre los cuales se observa una tendencia hacia el rechazo a la iniciativa que atraviesa transversalmente a todos los partidos.

Amnistía Internacional publicó la víspera una contratapa a favor de la práctica en la edición del New York Times Internacional y dijo a los senadores de Argentina que “el mundo los está mirando”.

En el aviso de color verde -que identifica a los pro-abortistas- aparece una percha o gancho para la ropa, uno de los instrumentos usados por las mujeres de bajos recursos para practicarse abortos clandestinos y que puede provocarles la muerte. Sobre la percha está escrita la palabra “Adiós”.

Los defensores de la iniciativa sostienen que desde 1983 murieron más de 3.000 mujeres por abortos clandestinos.

El mundo “está observando para ver si votarán en favor de las mujeres y para poner fin al grave sufrimiento causado por la criminalización del aborto”, dijo Erika Guevara-Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas. Esa y otras organizaciones de derechos humanos y figuras literarias como la feminista Margaret Atwood se han sumado a la campaña por el aborto libre.

Agrupaciones juveniles de distintos partidos políticos han intensificado por su parte la presión a los senadores para que apoyen la iniciativa.

En las inmediaciones del Congreso defensores de la práctica recordaron a víctimas de abortos clandestinos como Liliana Herrera, de 22 años y madre de dos hijas que falleció recientemente en un hospital del norte del país al que llegó aquejada por una infección generalizada.

El presidente Mauricio Macri, un confeso “pro vida” que se ha comprometido a no vetar la ley en caso de que sea aprobada, publicó el miércoles en las redes sociales un texto en el que llamó a respetar las distintas opiniones sobre la interrupción voluntaria del embarazo.

“La importancia de esta votación va mucho más allá del tema específico que intenta dirimir. Nos plantea como sociedad un escenario pacífico para promover y realizar cambios. Pero, además, nos obliga como individuos a comprometernos a aceptar que hay otros que piensan distinto”.

En el texto titulado “No importa cuál sea el resultado, hoy ganará la democracia”, agregó que como quedó demostrado en los debates en la cámara baja y las comisiones del Senado, “las divisiones en las creencias sobre un tema a veces pueden ser irreconciliables”. Sin embargo, destacó que la discusión hizo “reflexionar a muchos argentinos sobre un tema en el que no tenían posición e iluminaron otros asuntos fundamentales que eran opacos a la opinión pública”.

Hasta ahora en Argentina el aborto solo está permitido en los casos de violación y riesgo para la vida o salud de la madre. Sin embargo, el primero de los supuestos no se cumple en todas las provincias. Según la normativa actual, las mujeres se exponen a penas de hasta cuatro años de cárcel por abortar y se castiga del mismo modo a los médicos que realizan la práctica.

Los denominados “defensores de las dos vidas” también han intensificado su campaña en contra de la iniciativa. Días atrás decenas de miles de católicos y evangelistas llenaron el centro de Buenos Aires ataviados con prendas celestes y sostuvieron que la vida humana comienza en el momento de la concepción.

El papa Francisco ha comparado la práctica con “lo que hacían los nazis” para cuidar la pureza de la raza, “pero con guantes blancos”.

En tanto, cientos de médicos e instituciones privadas se oponen al proyecto por considerar que no garantiza suficientemente el derecho a la objeción de conciencia, expone a los facultativos a penas de cárcel y abre las puertas al aborto sin límite, ya que lo acepta después de las 14 semanas de gestación en caso de violación o si la vida o salud de la mujer estuvieran en riesgo.

Uno de los reclamos más escuchados es la posibilidad de que las instituciones médicas puedan ejercer la objeción de conciencia. La iniciativa solo contempla ese derecho para los médicos de forma individual.

Uruguay, Guyana, Cuba y la Ciudad de México son los únicos en Latinoamérica que han legalizado el aborto. En Puerto Rico y en las Antillas y Guayana francesas también se permite atendiendo a las legislaciones de Estados Unidos y Francia, respectivamente.

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