Desde hace dos años vecinos de Barrio Miranda, se han visto gravemente afectados por las pocas unidades de transporte público.
Darling De Ibarra lugareña señaló que, debido a la falta de asfaltado desde hace más de quince años, los autobuseros se rehúsan a trabajar, ya que temen que las unidades se dañen por los huecos.
“Sólo contamos con dos autobuses y son prestadas porque trabajan para otra comunidad. Se ha tratado de que la Gobernación nos envíe uno o dos vehículos y lamentablemente no ha sido posible, a veces cuando los conductores no quieren prestarnos el servicio los vecinos pasamos roncha para poder subir”.
Un habitante destacó que “si arreglan la carretera ya no tendríamos este problema, porque esa es la principal queja de los conductores y además es muy evidente la falta de mantenimiento que necesita la vía en general”.
Otros vecinos advierten sobre la problemática del agua que cada vez más agobiante, ya que tarda hasta dos meses en llegar y la fuerza con la que entra muchas veces dificulta que se pueda aprovechar adecuadamente. EF/rp Foto: kelvin Izquierdo