Entre superhéroes, samba y miles de personas comenzó este sabado el “pre-Carnaval” de Río de Janeiro, que va a discurrir por las calles de la capital carioca hasta incluso después del propio Carnaval, que se celebra oficialmente los días 26 y 27 de febrero, pero abarca festejo en toda esa semana.
El “Carnaval de calle“, el preferido por la mayoría de los cariocas, trata de grupos y comparsas musicales que recorren los barrios de la ciudad a ritmo de samba y llegan a congregar hasta alrededor de un millón de personas en el caso de las más populares.
“Puede parecer que exageramos al hablar de ello, pero el Carnaval es lo máximo, es un mes de fiesta”, contó a Efe, entre bailes y cervezas a las diez de la mañana, la carnavalesca Elena.
Si bien los primeros “blocos”, como se conocen los grupos de comparsas, comenzaron a dejarse ver por las calles de Río de Janeiro en los últimos días, sólo ha sido hasta este fin de semana cuando se ha dado el verdadero pistoletazo de salida al “pre-Carnaval” y, por tanto, se ha comenzado a respirar el ambiente festivo.
Y ha sido en el barrio de Gávea, en la zona sur de Río, en el que la banda “Desliga da Justiça” (‘Desconecta de la Justicia’ en español) ha encendido la mecha del mes más “salvaje” en Brasil, aseguran los asistentes.
Entre tanto disfraz no ha podido faltar quien recordara al nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que en su versión carnavalesca brasileña se lanzó a bailar al ritmo de la samba.
Adriano, de 35 años, es de Sao Paulo, pero vive en Río desde hace siete años y no tiene dudas al afirmar que “lo mejor de Río de Janeiro es el ‘pre-Carnaval’, vamos a tener casi un mes y medio de fiesta”. Rafaela y Manuel, de 20 y 21 años respectivamente, van más lejos y se atreven a decir que “el Carnaval de Río es el mejor Carnaval del mundo“.
Unos y otros tienen algo en común, y es que aún están calentando, pues luego enlazan con más “blocos”, como el de la Banda de Ipanema, que se estima congregue a 50.000 personas este mismo sábado en el tradicional, bohemio y playero barrio de la “Cidade Maravilhosa”.
“Al salir de aquí tenemos dos blocos más y mañana otros tres“, comenta Adriano, que no bromea con ir a su trabajo el próximo lunes vestido de superhéroe o, a lo mejor, “no trabajar”.
Trabajen o no, lo que parece complicado es compatibilizar el “pre-Carnaval” con el descanso, para lo que Edson, otro de los entusiasmados participantes del “bloco“, cree tener la solución: “¡No se duerme!”.
Y no le falta mucha razón a Edson, pues desde las siete de la mañana hasta la medianoche siempre hay algún “bloco” al que unirse, como el que puede desembocar en la percusión que cada noche suena bajo los arcos del barrio de Lapa, es decir, el “pre-Carnaval” es un no parar.
Todas las ciudades brasileñas están en los preparativos para sus carnavales, algunos pomposos en sambódromos como los de Río de Janeiro y Sao Paulo que tendrán los tradicionales desfiles de las escuelas de samba o, en su mayoría, los callejeros, en las que Salvador y Recife acogerán a millones de personas para las marchas.
