En los últimos años hemos visto como el miedo, el odio, la violencia y el racismo se han incrementado en muchos lugares del mundo.

Desde Estados Unidos, donde las políticas migratorias del presidente Trump han dado lugar a numerosas manifestaciones en todo el territorio y no siempre pacíficas, hasta Europa en donde el terrorismo ha dado paso a un aumento de la islamofobia y la llegada de refugiados ha generado rechazo en buena parte de la población.

Hemos presenciado un retroceso evidente en los últimos tiempos a nivel social y es que, en un mundo, supuestamente, cada vez más globalizado, más libre y más intercultural, la raza, el sexo o la religión no deberían ser nunca motivo de discriminación, violencia u odio.

En la tarea de acabar con esta lacra, la responsabilidad la tenemos todos los ciudadanos, empezando por las autoridades políticas, pasando por la población civil y también por las marcas. Y es que, muchos pequeños gestos pueden marcar una gran diferencia.

Así lo ha entendido la cadena de supermercados alemana Edeka que ha querido concienciar a la población a través de una iniciativa tan sencilla como efectiva.

La compañía decidió eliminar de sus estantes aquellos productos procedentes de fuera del territorio nacional y, en su lugar, poner carteles en los que se podían leer frases como: “Sin diversidad este estante sería aburrido” o “Nuestra selección hoy en día tiene fronteras”.

De esta manera, la compañía pretende que sus consumidores se enfrenten a una realidad que está más vigente que nunca y a la que contribuyen bien de manera activa o bien de manera pasiva cuando se intenta mirar hacia otro lado.