Con una espera que oscila entre tres semanas y el mes los vecinos de El Trabuco, en el kilómetro 31 de la carretera Panamericana, se han visto forzados a buscar alternativas para lograr rendir las reservas mientras se cumple el plazo de un ciclo y el otro.
“Desde abajo hasta la entrada de la comunidad se puede ver a los muchachos llevando bidones y tobos en carretillas, porque normalmente en la parte baja sí llega, aquí es que hay un espectáculo con una manguera por ahí y otra por allá”, señaló una vecina.
Algunos se han ayudado con la tubería que da hacia Los Amarillos, debido a que tiene un flujo más constante de líquido, pero para surtirse deben cruzar la concurrida carretera, llenar y regresarse, “dispuestos a que un carro se lo lleve a uno por el medio”, apuntó José Romero.
“El agua llega cuando repican duro las campanas”, fueron las palabras de un residente, que hizo mención a las malas condiciones de las tuberías, “en la parte alta lo que llega es puro pantano porque ya las tuberías están inútiles”.