No todos los niños tienen la misma rapidez para absorber las ideas y explicaciones que da la maestra; menos si factores como el tiempo o la cantidad de estudiantes influyen en la jornada diaria y hace que el contenido académico quede ambiguo en la memoria de algunos de ellos.
Lo más indicado es que el alumno refuerce sus conocimientos asistiendo a tareas dirigidas, que lo ayudarán a asimilar más fácilmente el contenido que vio en el aula.
Liliana Dos Santos, licenciada en Educación Preescolar, explicó que “estas clases adicionales son ideales, orientan a los niños, crean facilidad de expresión y ayudan a desarrollar aún más sus capacidades”.
“Por lo general, en los salones hay hasta 40 estudiantes y para la docente es difícil prestarle atención a cada uno por separado. En cambio, en las tareas dirigidas se le brinda atención personalizada a cada asistente”.
Sugirió a los padres percatarse a quiénes dejan sus hijos para que se encarguen de este trabajo. “Hay casos en los que no hay profesionales idóneos para cubrir las necesidades de los pequeños, pues no saben métodos de enseñanza”.
Aseguró que para mejorar la calidad educativa en los colegios deberían tener entre 10 y 15 estudiantes por salón. “Sabemos que reducir la cantidad de alumnos por aula implica un gasto para la institución, y en la actualidad existe un déficit alto de profesores”.
“En el caso de que el niño presente una falla, se debe evaluar qué tipo de ayuda necesita. Hay deficiencias que pueden ameritar más atención u otro refuerzo”.
Finalmente, invitó a los interesados en inscribir a sus hijos en actividades complementarias se comuniquen a través del teléfono (0424)274.83.49 para más información.
Por María Carolina Naranjo/Imagen regerencial