Uno de ellos relata su experiencia en estos días de cuarentena
RONALD PEÑARANDA
Carolina Marín, una venezolana residenciada en España, hace dos años y tres meses, está preocupada y no es para menos, pues ese país europeo ya supera a Wuham (China), epicentro del Coronavirus, en el número de fallecidos. Hasta este viernes las víctimas mortales casi llegan a las cinco mil y en las últimas horas se registraron 769 muertos.
Vía Whatsapp, el diario Avance contactó a Marín, quien durante 50 años vivió en la urbanización El Barbecho de Los Teques y desde 2018 tras declararse “perseguida política” permanece en la ciudad española de Zaragoza, provincia de Aragón.
Ella, su hijo de 33 años y una compañera de piso, también venezolanos, están enfrentando la situación de crisis generada por la pandemia.
“Encierro es encierro”, es la respuesta que da cuando se le pregunta de qué manera sobrellevan la cuarentena, pero al mismo tiempo afirma que con disciplina acatan la medida, porque está convencida que es la única opción que existe para evitar la propagación del virus.
Antes de la emergencia se desempeñaba como terapeuta manual y a mediados de marzo cuando entró en vigencia el estado de alarma colaboró como operador de logística llevando alimentos y medicinas a adultos mayores que no pueden trasladarse a los supermercados. Todo esto cumpliendo con los respectivos protocolos sanitarios.
También se ofreció como voluntaria durante este período “y me tocarán algunas guardias en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza”.
Pero en las últimas horas cuando extendieron del estado de alarma hasta el 12 de abril, permanece en su casa y aprovecha para hacer ejercicios físicos, yoga, taichi y hace un curso de inglés por internet para que estos días sean más llevaderos.
“Nosotros estamos bien, ninguno hemos presentado síntomas. El gobierno de Aragón activó una aplicación en el que pone a disposición de los usuarios un autotest Coranavirus, Covid-19, para que puedan consultar sobre los síntomas que presentan”, señala.
La aplicación permite valorar de manera inmediata la probabilidad que se tenga la enfermedad. Los usuarios a través de esta misma vía recibirán información y pautas a seguir.
En caso de que los síntomas hagan sospechar gravedad, el usuario recibirá la llamada de un profesional sanitario para evaluar la situación y hacer las recomendaciones oportunas.
Marín quien antes de irse del país era miembro del buró nacional de Acción Democrática (AD) y coordinadora del Comité de Apagones de los Altos Mirandinos, cuenta que los vecinos del barrio Torrero, donde vive, se han ido adaptando poco a poco a las estrictas medidas.
“Cuando se decretó el primer confinamiento el gobierno garantizó los sueldos en un 70% para no afectar ni a las empresa ni a los trabajadores. Además suspendió el pago de hipotecas, alquiler de comercios, oficinas y viviendas”, detalla.
Agrega que solo están activos los servicios sanitarios y negocios dedicados al expendio de comida. “Tenemos la facilidad de que una persona por familia pueda ir al supermercado, estar a un metro de distancia. Me llamó la atención que no se han presentado colas ni ha habido desabastecimiento”.