Los parientes lloraban desesperados por lo que consideraron un traslado injustificado
Llanto y gritos desesperados fue el panorama vivido ayer a las afueras del Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof) luego del traslado de de 90 reclusas a las cárceles de Santa Ana en el estado Táchira, Coro y la Penitenciaria General de Venezuela (PGV) en Guárico. A las 10:30am, salió el primer autobús con 40 reclusas con rumbo a Táchira. El vehículo iba a más de 50 kilómetros por hora, lo que impidió que los parientes pudieran identificar a las internas y casi se lleva por delante a los parientes que llevan días a las afueras del penal.
Luego de un rato, un oficial perteneciente al destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) apostado a las afueras del Inof, procedió a leer el listado de las trasladadas, aclarando “que todas las que salieron son penadas, pues las procesadas se quedarán en el recinto”. El uniformado dijo que se esperaban por los menos tres traslados durante el día, que posiblemente tenían como destino la cárcel de Tocorón en Aragua.
Familiares aseguraron que como a las 2:00 pm salieron dos unidades rumbo a los retenes de Coro y la PGV. En cada autobús iban aproximadamente 25 reclusas. La crisis desatada en la cárcel durante esta semana, se debió al robo de una tableta a una jueza dentro del recinto y la posterior muerte de una reclusa a quien le negaron el traslado a un centro asistencial y falleció en su celda.
Zurima estaba en silla de ruedas
Trascendió que Zurima Paredes (47) la reclusa que murió el miércoles de un infarto dentro de su celda, tras manifestar dolencias derivadas de una neumonía, clamó porque la llevaran al hospital y la respuesta que recibió de la custodia fue “eso es algo psicológico, luego se te pasará”. Sus compañeras empezaron a ejercer presión y pedir que la llevaran al Santaella ya que la mujer estaba en silla de ruedas y le costaba mucho movilizarse con el fuerte dolor en el pecho que padecía. Ante la negativa del personal de trasladarla las demás mujeres la llevaron a la celda para acostarla. Luego de varios minutos, Zurima presentó un dolor intenso en el pecho, que se presume fue un infarto y falleció.
Permaneció desde aproximadamente las 3:00 am hasta la tarde dentro del penal, al punto que cuando la trasladaron al Victorino los médicos no la recibieron porque el “rigor mortis” delataba que su muerte se produjo horas antes. Respecto al estado de salud de la interna Mirta Rocha Pérez (42) quien ingresó al Victorino Santaella la tarde del viernes luego de sufrir un infarto, se pudo conocer que sigue en terapia intensiva y que su estado de salud es estable.
Piden que cesen las vejaciones
Libia Duarte, madre de una reclusa dice que desde el martes no sabe de su hija y que le han comunicado que “están muy golpeadas” y que durante la requisa “el grupo gris” del ministerio penitenciario rompió algunas paredes del penal. Afirma que “no pueden seguir violándoles sus derechos humanos sólo porque están privadas de libertad”.
Hace un llamado a la ministra de asuntos penitenciarios, Iris Varela, a que se aboque a poner fin a las violaciones a la dignidad humana cometidas sistemáticamente durante esta semana a las reclusas “que venga y nos explique dónde está la humanización carcelaria” puntualiza. Otra familiar de las internas, manifiesta que la mayoría tienen chichones producto de las supuestas palizas que les han dado y que durante su permanencia en el patio las esposaron y “como tenían las muñecas muy lastimadas les pusieron papel periódico y tirro para inmovilizarles las manos y causarles menos daño”.
Las llevaron muy lejos
Osfel Huizi de 18 años, acudió desde Catia La Mar junto a su hermano de 15 años, para conocer la situación de su mamá, quien fue trasladada ayer a Táchira. La muchacha se preguntaba cómo iba a hacer para visitar a su madre, ya que la llevaron tan lejos, que va a ser casi imposible “llevarle todo lo que necesita”. Cuando el autobús trasladaba a las internas, la chama pudo ver a su mamá golpeada “y a otra mujer a quien le cortaron el pelo”. Juani Bravo, es la pareja de una de las reclusas trasladadas e indica que desde el miércoles no les han dado comida, ni les permiten bañarse y que a un grupo de ellas las esposaron y encerraron en un cuarto. Destaca que la GNB no está involucrada en los maltratos a las reclusas y que “hemos sentido el apoyo por parte de ellos”.
Las maltratan por su condición sexual
Nancy Bracho, explica que desde hace tres días no sabe nada de su hija, lo que le produce gran angustia, ya que la información que maneja es que las reclusas han sido presuntamente golpeadas, a las “machito” les habrían introducido un tubo por el ano y cortado el cabello, en represalia por su condición sexual.
Describe que las golpearon con un bate forrado en goma espuma, para que las lesiones sean internas y no se puedan percibir. “No puedo entender por qué tratan a estas muchachas como animales”. Marlin Villaroel señala que a las reclusas “las están sometiendo a una situación muy humillante” al dejarlas en el patio esposadas, hacerles el tacto vaginal a 100 mujeres con un solo guante, algo que a su juicio “está penado por la ley, porque no son médicos ni enfermeras”.
Dice que “a una de las machitos le metieron un palo por el ano, lo que causó que se le salieran las hemorroides y esté vomitando sangre”. A otra reclusa sexodiversa también le introdujeron un objeto por el ano, “porque cuando la golpeaban no lloraba”. Los familiares pidieron que “el grupo gris” deje de tomar represalias contra las reclusas por su condición sexual, ya que no merecen ser maltratadas. Rechazaron la Homofobia y pidieron el cese de las vejaciones contra “las machito”./Adriana Flores Alcubilla.-/Foto: Felix Laucho