La parroquia El Jarillo, situada en las afueras de la ciudad de Los Teques, era un sitio turístico predilecto para que los habitantes de los Altos Mirandinos disfrutaran de un fin de semana diferente. Entre las actividades favoritas de los visitantes, estaban el degustar unas deliciosas fresas con cremas, comprar moras o ciruelas, tomarse un chocolate caliente o simplemente disfrutar el paisaje.
Sin embargo, ante las actuales condiciones económicas por las que atraviesa el país, realizar turismo en este icónico lugar, es cuesta arriba. Decadencias en los servicios básicos como el transporte, la escasez de alimentos y los elevados precios de las posadas, hacen que los viajeros se alejen.
Según expresó Mariely Griman, comerciante de la zona “las ventas han decaído muchísimo, yo tengo tiempo trabajando en esto y nada se compara con las cosas de antes, ahorita que están comenzando las vacaciones no tenemos ninguna expectativa”, seguidamente Griman señaló que en el paso muchas personas que no tenían carro propio iban en autobús público, pero la falta de efectivo y unidades han dificultado movilizarse en este medio de transporte.
Incluso, el cobro de tarifas en posadas y actividades recreativas en parapente se cobran en 15 dólares, motivo de disgusto por parte de los excursionistas, ya que a juicio de los encuestados “nosotros no ganamos en moneda extranjera, por lo que me parece un abuso que cobren las tarifas en dólares”, además argumentaron que eso solo genera que menos personas visiten el populoso lugar.
De las decenas de quiscos que habían en la vía principal de El Jarillo, para le fecha solo se contabilizan unos tres, los cuales reportaron sus vendedor que las ventas bajaron considerablemente. En cuanto a los costos, el kilogramo de fresas, melocotones y duraznos se ubican en Bs. 2 millones, mientras que moras y ciruelas rozan los Bs. 3 millones.
Del mismo modo, comerse una fresa con crema no se baja de Bs. 4 millones y medio, asimismo, frutas en almíbar se encuentran entre Bs. 3 y 5 millones. Suspiros, galletas y otros dulces tradicionales cotizan en alrededor de 2 millones de bolívares por empaque.
El día de ayer, las calles se notaban bastante desoladas, poco transito de vehículos y en el sector donde se encuentra la estatua de la virgen del Carmen, para horas del mediodía solo había presencia de unos 20 visitantes.
“Es primera vez que vengo y me parece una zona muy bonita y tranquila, el paisaje es muy colorido, lo he disfrutado bastante, pero la poca afluencia creo que se debe principalmente a la situación económica”, manifestó Diana González, visitante. Mientras que Valeria Texeira, encuestada, resaltó que efectivamente ya no es como antes y ha mermado la cantidad de turistas, a lo que indicó que el tema monetario y condiciones generales del país son los causantes.
