11/05/15. “Aquí de broma se ven milicianos y ellos no tienen ningún tipo de arma. Los heridos en tiroteos y los motorizados llegan agresivos y amenazan a los funcionarios que están en la puerta con darles un balazo o caerles a golpes”, aseveró Darío Estévez, familiar de un paciente internado en el hospital Victorino Santaella, donde más de un usuario expresó su preocupación ante las pocas medidas de seguridad que se toman en el centro.
Estévez detalló que a tempranas horas de la mañana de ayer, llegaron varios lesionados de una fiesta que se había hecho en La Fragua y que una de las parientes estaba armada y alterada.
“Aquí solo había un Guardia Nacional, que se desapareció en cuestión de segundos; la gente comenzó a aterrarse cada vez más porque el médico de guardia brillaba por su ausencia”.
Por su parte, Dolores Alcántara relató que a veces, en horas de la noche, ingresan al jardín terapéutico sujetos ajenos a la institución.
Por otro lado, durante la mañana de ayer, el equipo del diario Avance observó cuatro motos de la policía de Guaicaipuro en las afueras de la emergencia; sin embargo, no se logró ver a ningún funcionario en los alrededores.
Como se recordará, en la edición del 31/01/2015, el subdirector del hospital, Eleazar Gutiérrez, afirmó que los organismos de inteligencia se sumarían a un plan que buscaría resguardar no solo a la institución, sino también los espacios adyacentes.
Mientras que el 05/02/2015, el centro de salud emitió un boletín tras la realización de varias reuniones entre cuerpos de seguridad y directiva del hospital, el documento indicaba que se promovería: “la presencia física de los funcionarios de Polimiranda, Poliguaicaipuro, Zonas Operativas de Defensa Integral (ZODI), Dirección Integral de Contrainteligencia Militar (DIN), Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), Milicia Bolivariana y Protección Civil”.
Para corroborar la información, intentamos comunicarnos vía telefónica con el director del centro, pero no se pudo establecer el contacto, queda abierto su derecho a réplica.
Por: Skarlet Nieto
