Todas esperamos que el sexo se sienta bien y brinde placer, pero la triste verdad es que experimentar dolor durante el sexo se ha vuelto extremadamente común para las mujeres. Para algunas el dolor es tan grave, que físicamente no pueden tener relaciones. Si te suena familiar, es posible que tengas vaginismo, una condición que causa espasmos involuntarios en los músculos alrededor de la vagina, haciendo que la penetración se vuelva muy dolorosa y, a veces, imposible.
El hecho es que el vaginismo no es un tema que se discuta y es muy difícil de diagnosticar. De hecho, miles y miles de mujeres lo sufren y por años no saben cómo arreglarlo. El vaginismo puede ser tratado hasta volver el sexo posible y placentero. La clave está en identificar el problema.
Las mujeres que sufren de vaginismo pueden experimentar dolor no sólo durante el sexo, sino también durante actividades no sexuales como al insertar un tampón.
¿Qué es lo que sucede? Estos espasmos musculares vuelven imposible la mera acción de meter algo en la vagina, es como si estuviera completamente cerrada. Y si la penetración es posible habrá dolor, irritación y hasta la urgencia de orinar. El contacto sexual, meter un tampón o incluso el proceso de un examen de rutina pélvico puede provocar espasmos de vaginismo.
Lo peor del caso es que el vaginismo ocurre porque se anticipa el dolor, es decir, el miedo asociado con sexo con dolor hace que involuntariamente o voluntariamente se contraigan los músculos vaginales, lo cual fortalece este horrible ciclo.
El vaginismo es una condición muy difícil de diagnosticar, especialmente porque no existe una prueba definitiva para ello. Esta condición realmente se diagnostica por exclusión, es decir, desechando todos los demás factores por los cuales podrías presentar dolor.
Otra razón por la cual es muy difícil de diagnosticar, es porque las chicas lo sufren en silencio por miedo de que haya algo malo con su vagina. Pero experimentar este dolor y vergüenza alrededor del sexo puede causar mucha ansiedad. Si no buscas ayuda, el vaginismo puede causar problemas interpersonales, disfunción sexual y mucho más.
La buena noticia es que existe tratamiento para curar el vaginismo y tener una vida sexual plena. En primer lugar existe la terapia física para el suelo pélvico, el cual puede ayudarte a superar el miedo físico hacia la penetración.
El vaginismo se tiene que tratar desde 2 direcciones: psicológico y físico. En el aspecto cognitivo, existen técnicas para relajar el músculo, como la introducción de objetos pequeños a la vagina. Estos tratamientos te ayudarán a recuperar el sentido de control sobre situaciones como el sexo. Si el problema es un poco más grave, se da medicamento.
Los síntomas físicos usualmente se tratan con dilatadores, dildos muy pequeños, para estirar la vagina. Poco a poco se va incrementando el tamaño del dilatador, hasta que se vuelva efectivo el tratamiento.
Recuerda, la satisfacción sexual es subjetiva, la única medida que importa es la tuya.