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“Vivimos una esclavización tributaria”

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Ronald Peñaranda

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Capmi-Miranda apuesta por una reforma para combatir la informalidad

“Nosotros en Capmi-Miranda llevamos mucho tiempo pidiendo una reforma tributaria, lo que pasa es que mucha gente nos dice que eso es una carta al Niño Jesús, pero bueno, la carta hay que hacerla, que luego el Niño Jesús te traiga o no los regalos es otra cosa”.

De esta forma se expresó Bernardo Calvo, presidente de la Cámara de Artesanos de Pequeños y Medianos Industriales de Miranda, al referirse al planteamiento que vienen haciendo otros gremios a nivel nacional como Consecomercio sobre una modificación tributaria para combatir de manera contundente la informalidad.

“La informalidad es una consecuencia de un sistema tributario y administrativo abusivo, excedido, descontrolado, descoordinado. La informalidad nos condena a los empresarios a ser muy pequeños y a vivir bajo el yugo de la destrucción mediante multas abusivas”, aseguró en diálogo con Avance.

Dijo que el sector seguirá contra la pared, mientras ocurran situaciones como por ejemplo el Impuesto sobre la Renta que en Venezuela es el 34%, “cuando el impuesto natural, en su conjunto, jamás en la vida debería exceder el 10%. Y el 10% del dinero de la renta no del dinero de los ingresos brutos, ni de costo fijo. Todos queremos pagar tributos pero cancelar lo justo”.

Recalcó que hasta el momento no existe una propuesta concreta sobre una reforma tributaria, lo que hay es el deseo de “conseguir un perfecto balance entre los impuestos que deben cancelar las empresas y las personas”.

Empresas en desventajas

De acuerdo a los cálculos de la Asociación Venezolana de Derecho Tributario (AVDT), las empresas destinan un 80% de su utilidad en el pago de los tributos, lo que deja con poco margen para otros aspectos como inversiones, adquisición de equipos, salarios y ganancias.

Al ser consultado sobre este punto, Calvo respondió: “Vivimos una esclavización tributaria. Uno invierte cien dólares y se gana diez dólares, pero ocho se los llevan los impuestos y uno se queda apenas con dos. Lo ideal es que uno ponga cien y se gane otros cien”.

“La inversión es tuya, el riesgo es tuyo, el trabajo es tuyo, pero al final el Estado se queda con más, ¿quién invierte bajo este esquema?”, puntualizó.

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