Después de haber sido exonerada por la FBI y la procuradora de EU, Loretta Lynch, WikiLeaks torpedeó con casi 20 mil correos su arranque en la Convención del Partido Demócrata en Filadelfia.
En forma alarmante, la procuradora Loretta Lynch fue visitada por el ex presidente Bill Clinton antes de la selectiva exención a Hillary, quien usó en forma ilegal y negligente la información gubernamental, quizás ultrasecreta, en su servidor privado cuando fue polémica secretaria de Estado con Obama.
La revelación de los correos llevó a que el Partido Demócrata y hasta el presidente Obama acusaran, aún sin evidencias, a hackers del gobierno ruso de haber sustraído y proveído los datos, lo cual es rechazado por el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, todavía asilado en la embajada de Ecuador en Londres.
Desde su exilio ruso, Edward Snowden comentó que la Agencia de Seguridad Nacional (la célebre NSA) conoce perfectamente tanto el contenido de los correos comprometedores de Hillary como el origen del hackeo.
¿Y qué tal si fue la propia NSA el origen del pecado capital cibernético, como no faltan en conjeturar algunos analistas?
Como si lo anterior fuera poco, ahora WikiLeaks publicó un demoledor correo –y promete publicar muchos más en el intermezzo de la inmunda cuan caníbal campaña presidencial entre Hillary y su implacable rival Donald Trump– que vincula a la señora Clinton con los yihadistas a través de la cementera francesa Lafarge, de la que fue directiva.
Lo impactante no es tanto la estrujante revelación, que el mismo Donald Trump ya se había encargado de propalar (http://goo.gl/juo0Sg), sino la censura en la mayoría de los poderosos multimedia de EU, que, ante la opinión pública, se supone combate a los yihadistas.
Después de la publicación de las fotos desnudas de su tercera esposa, Melania, antigua modelo profesional, en The New York Post, tabloide cercano a la candidata presidencial, Trump ha vuelto a la carga para indiciar a Hillary de “fundadora (¡supersic!) de los yihadistas (http://goo.gl/634doj)”.
En otra información explosiva, WikiLeaks expone que la guerra de Hillary contra Siria para derrocar a Bashar Assad –además de debilitar a Irán y a la guerrilla libanesa Hezbolá–, tenía como propósito beneficiar a Israel (http://goo.gl/9Y5Ufr), lo cual evidencia la instrumentación de los yihadistas por EU para sus objetivos geopolíticos que pasan por la reconfiguración cartográfica del Gran Medio-Oriente y la evisceración de las entrañas islámicas del RIC (Rusia, India y China).
Dejo en el tintero la Operación Ciclón de EU en Afganistán que procuró a los muyahidines (antecesores de sus hijos y nietos yihadistas posmodernos), así como la perturbadora conexión de Brzezinski (asesor de Seguridad Nacional de Carter) con el agente de la CIA Tim Osman, según el portal pakistaní Jafria News(http://goo.gl/BgZ6St), nombre del verdadero Osama Bin Laden fundador histórico de Al-Qaeda (http://goo.gl/3Ajpbt), y con quien comparte una presunta foto en Arabia Saudita en 1979 (http://goo.gl/Hw4lzE).
El investigador musulmán-británico Nafeez Ahmed, editor global de The Canary –que denota el compromiso de un sector del espionaje inglés para golpear a Francia y a Hillary–, lanza una bomba nuclear documental sobre los vínculos de la cementera francesa Lafarge con los yihadistas, a quienes financia en forma secreta y ha llegado hasta a comprar el petróleo que extrae en forma clandestina e ilegal en Siria e Iraq(http://goo.gl/zPYGpX).
Más allá de los vínculos escatológicos (en su doble sentido) de Lafarge con la alcaldía de París se recuerda, donde los yihadistas perpetraron sus atrocidades en El Bataclán–, el portal británico The Canary da mucho vuelo a los íntimos vínculos de la cementera francesa con la candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton.
Además, que Lafarge es donador regular de la Fundación Clinton –en 2015 donó 100 mil dólares–, la misma Hillary fue su directora (¡supersic!) en la década de los 90 y su abogada (sic) en la década de los 80. The Canary expone que durante la conexión de Hillary con Lafarge, la cementera gala fue implicada en facilitar la operación encubierta de su red de exportaciones de armas de la CIA para Saddam Hussein.
¿Habrá repetido la dupla Hillary/Lafarge la misma operación encubierta en Iraq para abastecer de armas a los yihadistas en Siria?
El portal True Pundit afirma que Barack Obama, la Casa Blanca, Hillary Clinton y el Departamento de Estado sabían perfectamente que el suministro de armas a los yihadistas en Siria provenía desde Bengasi (Libia): “armas de los antiguos almacenes libios fueron enviadas desde el puerto de Bengasi a los de Baniyas y Burj Islam en Siria (http://goo.gl/zjyrY6)”.
El suministro de armas a los yihadistas de Siria desde Bengasi –donde fue sacrificada la vida del embajador de EU, Chris Stevens, con otros tres funcionarios de la CIA– gozó con la bendición de Hillary. El rotativo Le Monde, cercano a la cancillería gala, expone que la cementera francesa Lafarge “realizó tratos con los yihadistas en Siria. La cementera pagó impuestos a los yihadistas y negoció el libre pasaje para sus camiones y empleados en el norte de Siria (http://goo.gl/9PDvrN)”. Creo que me quedé corto cuando comenté que “Europa cosecha lo que sembró(https://goo.gl/HJgKjD)”.
El musulmán-británico Nafeez Ahmed se basa en una investigación original del portal Zaman al-Wasl –manejado por la oposición siria– que expone documentos internos y correos de Lafarge, además de las instrucciones para remunerar a los yihadistas(https://goo.gl/oBLNou).
Nafeez Ahmed fustiga que Lafarge es el mayor beneficiario del capitalismo del desastre en Iraq, dominando un mercado para su reconstrucción y señala que de 1990 a 1992, Hillary fue miembro del consejo de administración de Lafarge cuando su subsidiaria en Ohio fue atrapada quemando desechos tóxicos para alimentar sus plantas de cemento.
Cuando el marido de Hillary, Bill, descolgó la presidencia, la Agencia de Protección Ambiental de EU (EPA, por sus siglas en inglés) redujo la multa a Lafarge por violaciones a la naturaleza por 1.8 millones de dólares a ¡600 mil! ¡La negociación ambiental!
La peor hipocresía de Lafarge consiste en que su mandamás Bertrand Collomb sea contribuyente de la filantrópica (sic) Fundación Climate Works, de la que forman parte Mario Molina y George Soros. Mejor aquí le paro con las fundiciones pecuniarias de las fundaciones espurias.
Fuente: TeleSur