Rejillas deterioradas y mal colocadas abundan en Los Teques

ARTURO TOVAR

Las calles y avenidas de Los Teques son cada vez más difíciles de transitar, producto de las alcantarillas y bocas de visita averiadas. La situación afecta tanto para quien va en algún vehículo como también para aquellos que circulan por la ciudad a pie.

En un recorrido realizado por el Diario Avance por las principales vías de la capital mirandina, se pudieron contabilizar al menos 14 bocas de visita y alcantarillas que por su grado de deterioro representan una amenaza considerable a los transeúntes.

En la entrada de la avenida Independencia, uno de los principales puntos de acceso a la ciudad, la tapa no calza en el agujero, motivando que cada automóvil o motocicleta que la pise logre levantarla, ocasionando la caída en el hueco.

En este punto varios accidentes se han registrado, el más reciente fue un automóvil marca Daewood modelo Cielo que cayó en la abertura y le ocasionó daños al mismo y a las personas que iban a bordo del carro.

Asimismo en La Hoyada, a la altura de la entrada del antiguo estacionamiento ubicado al lado de las residencias Los Coquitos, la base que sustenta la boca de visita de la zona se quebró, al igual que el concreto que rodea la estructura, originando un hueco de al menos 15 CM de profundidad.

Por otra parte en la avenida Pedro Russo Ferrer, a escasos metros de Hidrocapital, el concreto que soporta la alcantarilla está en mal estado produciendo enormes huecos alrededor de la rejilla, que son casi imperceptibles para quienes suben por El Tambor.

Igualmente en Los Nuevos Teques, diagonal al restaurante Citrus, la alcantarilla estaba en tan mal estado que fue removida por los vecinos. En su lugar colocaron varias láminas de zinc, palos y tubos, para alertar a los conductores.

La misma situación se repite en pleno bulevar Vargas de Los Teques, donde varios ciudadanos han introducido sus pies de forma accidental en los huecos donde debería existir la tapa.

En la calle Guaicaipuro, en plena acera las tapas están totalmente levantadas justo por donde pasan centenares de persona diariamente.

A esta problemática se suman los postes y semáforos deteriorados, muchos de ellos con un grado de inclinación que alarman a quienes hacen vida cerca de ellos.

Carlos Herrara, quien trabaja por el bulevar Vargas, detalló que “en varias oportunidades he visto a varias personas mayores y niños, doblarse el tobillo por culpa de los huecos que hay. Eso tiene años y pareciera que así va a seguir siendo, porque nadie se preocupa en tapar esos huecos”.Fotos: Juan Martínez