Desde agosto de 1993, cuando se produjo el cierre técnico de la empresa Silka, comenzó el rosario de problemas para las 17 familias que conforman el sector del mismo nombre en San Camilo, las cuales eran parte de la compañía y ahora exigen la titularidad de las viviendas que ocupan.Una vecina, que pidió no identificarse, contó que existen familias con más de 20 años en el lugar, que desconocen la suerte que correrán ya que hace tres años el Gobierno nacional expropió dichos terrenos a fin de crear la empresa de producción social Algodones del Orinoco.

“Nosotros éramos trabajadores de Silka y fuimos beneficiados con estas casas que la compañía construyó en los alrededores para facilitar nuestro traslado a los puestos de trabajo. Antes gozábamos de todos los servicios, pero desde que quebró, padecemos de todo un poco”.

Sostuvo que se reunieron con la consultora jurídica y el gerente de la algodonera, quienes les informaron que se encuentran a la espera de un oficio pues no saben a quién pertenecen dichos espacios.

“Nos pidieron que esperáramos más o menos tres meses, cuando deberían tener el documento; sin embargo, dejaron claro que no saben qué pasará con nosotros, que no nos podrán ayudar directamente”.

Los afectados están considerando otras vías para definir su situación, como reunirse con el alcalde Francisco Garcés o pedir un derecho de palabra ante el Consejo Legislativo regional.

Filtraciones, problemas con el friso, pésimos servicios públicos son algunos de los inconvenientes con los que deben lidiar a diario. “Lo más lamentable es que no podemos hacer una inversión grande en las casas. En la reunión nos recomendaron tramitar los títulos supletorios de las bienhechurías que le hemos hecho”./AT/sa

Foto: Eduardo Aguilar