Las inundaciones en el centro y sur de Texas, causadas por la crecida histórica del río Guadalupe tras intensas lluvias el 4 de julio, dejaron al menos 68 muertos y decenas de desaparecidos.
El condado de Kerr, al este de San Antonio, reporta 43 fallecidos, incluyendo 15 menores. El vicegobernador Dan Patrick advirtió que la cifra podría aumentar debido a las continuas precipitaciones.
El sheriff Larry Leitha Jr. señaló que las labores de búsqueda y rescate prosiguen con equipos terrestres, aéreos, acuáticos y caninos, enfocados en hallar a los desaparecidos, muchos presuntamente arrastrados por el caudal. El jefe de emergencias, Nim Kidd, aseguró que los operativos abarcarán todo el curso del río.
En Travis, Burnet, Kendall y Tom Green se reportaron más víctimas. En el campamento cristiano Mystic, junto al Guadalupe, 27 niñas y monitoras están desaparecidas; su director, Dick Eastland, falleció.
El Servicio Meteorológico Nacional registró 300 mm de lluvia en 12 horas, elevando el río a 9.9 metros en Hunt, el segundo nivel más alto registrado. Con alertas por nuevas lluvias, el gobernador Greg Abbott declaró el estado de desastre y solicitó ayuda federal.
El presidente Donald Trump prometió apoyo total, mientras 500 rescatistas, helicópteros, la Guardia Nacional y Costera trabajan en la zona. La contaminación del agua por químicos complica la situación, y se distribuirá agua subterránea. Las autoridades piden evitar la zona oeste de Kerr.