El epicentro se situó a 61 kilómetros de Namie, en la prefectura de Fukushima, informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés), que primero registró una magnitud 7,3.
Esa es la misma región donde en marzo de 2011 ocurrió un devastador terremoto de magnitud 9.0 que destruyó la planta nuclear de Fukushima.
Las autoridades emitieron una alerta de tsunami minutos después del temblor por olas de hasta tres metros de alto y pidieron a los habitantes de zonas costeras que evacuaran sus casas y se trasladaran a lugares más elevados.
Pero la alerta fue rebajada unas horas después, aunque se mantuvieron los avisos por la posibilidad de olas de hasta un metro, y fue levantada posteriormente. Aunque todavía no se conoce el alcance completo del seísmo, de momento se han reportado pequeños daños.
Yoshihide Suga, jefe de gabinete del gobierno japonés, explicó que el sistema de enfriamiento del tercer reactor de la planta de Fukushima había dejado de funcionar, pero no se encontraron indicios de aumento de la temperatura ni ninguna anomalía en otras plantas nucleares del país. La operadora de la planta anunció posteriormente que el sistema de refrigeración se había reiniciado.
Todos los reactores en la planta nuclear de Fukushima se apagaron tras el desastre de 2011, pero el enfriamiento sigue siendo necesario para el combustible nuclear utilizado que se almacena todavía en el lugar.
Réplicas de magnitudes 5,4, 4,8 y 5,3 siguieron al terremoto inicial. Más de 18.000 personas murieron o desaparecieron tras el tsunami que generó el terremoto de 2011 en Fukushima.
Unas 230.000 personas tuvieron que dejar sus casas ante los severos daños, y la mayoría tardó años en poder regresar a sus hogares por la radiación liberada en la planta nuclear.
