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“El Monumental de las Rancheras” tiene rostro de niño con una voz de oro

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Osmar Tonito posee aptitudes musicales desde muy chico

Talento, talento y más talento es lo que se respira en cualquier rincón de nuestra ciudad. De cualquier índole y en todos los géneros la gente maravillosa que hace vida en esta tierra bendita demuestra a través de sus dones que tenemos con qué. Bien dicen que nunca se es ni muy joven ni demasiado viejo para llevar a cabo con pasión lo que a cada quien le gusta, y este es el caso de Osmar Tonito, que con tan solo nueve años de edad ha labrado una interesante trayectoria musical y artística.

Nacido en Caricuao, criado en la carretera vieja Caracas Los Teques, Osmar es el segundo de tres hermanos. Su padre Leander Tonito contó cómo es que su pequeño, desde el primer añito de vida desarrolló aptitudes para la música. “En su primer cumpleaños le regalamos una batería plástica para bebés, porque su mamá y yo notamos lo extremadamente suelto que era cada vez que escuchaba alguna melodía; y no nos equivocamos porque ese muchacho le daba sabroso a ese instrumento, tanto así que al poco tiempo le regalamos un tambor porque los aguinaldos decembrinos captaban su atención”.

Señaló que más adelante, cuando ya tenía cuatro añitos le obsequiaron un acordeón, luego una charrasca, poco después un cuatro, un piano y hasta una vihuela. “Consideramos que era pertinente estimular ese potencial que veíamos en él, creímos que apoyando lo que le gustaba podríamos lograr que eso se convirtiera en su estilo de vida, no por imposición sino por decisión propia. Ante cada esfuerzo recibíamos una gran sonrisa de su parte y el espontáneo interés de aprender a interpretar cada instrumento en el menor tiempo posible”.

Cuando el pequeño cursaba segundo grado de primaria en la unidad educativa privada Principio de la Sabiduría, que estaba hacia Las Adjuntas, las maestras organizaron un emotivo acto para el día de las madres en el que los niños interpretarían una canción, pero como solo tenían un micrófono decidieron que fuera Osmar la voz líder y sus compañeritos hicieran la parte del coro.

“El resultado fue tan maravilloso que conmovió a todo mundo con la potencia de su extraordinaria voz. A partir de ese momento confirmamos nuestras sospechas, nuestro niño tenía madera artística; así que decidimos darle rienda suelta a su talento y emprendí la búsqueda de temas que se identificaran con lo que a él le gustaba cantar. Canciones de la dinastía Fernández (Vicente, Pedro y Alejandro) se hicieron parte de su día a día y él lo disfrutaba muchísimo”.

Abriendo caminos

Entre una cosa y otra apareció la oportunidad de un casting en el que estaban buscando talentos para apoyar los eventos de una academia de modelaje. Leander inscribió a Osmar y resultó electo para hacer parte del equipo de trabajo de la agencia Miss Latin América, en el que animaba las presentaciones; allí estuvo por espacio de un año.

Pero no todo quedó allí porque también se abrió paso en la sinfónica de San Pedro, donde hizo parte de la Coral; poco tiempo después participó en el Festival Se busca un ídolo. Hasta que “El niño de la voz de oro” participó en un concurso para ingresar en la Academia “Cantar es fácil”, dirigida por Nancy Acevedo, y de nuevo se impuso, quedando clasificado para una gala final. “La música ranchera siempre ha sido su fuerte y eso le ha servido para abrir puertas que lo han catapultado al éxito del que hoy goza”.

En una oportunidad, hace cerca tres años, Osmar le manifestó a su papá que quería ser parte de una agrupación de mariachis, así que emprendieron la búsqueda de alguno en el que el pequeño expresara su cantar. “Supimos que Cinthya Henríquez, directora del Mariachi Show Mi México, de Los Teques; estaba conformando una agrupación juvenil de ese género; al oírlo cantar decidió incorporarlo al grupo profesional porque el proyecto de los chamos aún no estaba consolidado, desde ese entonces ‘El monumental de las rancheras‘ hace parte del conjunto”.

“La mochila azul”, “Mi salón está de fiesta”, “La de los hoyitos”, “La ley del monte” y “El Rey” hacen parte del repertorio con el que Osmar cautiva a grandes y chicos. La constancia y dedicación que imprime a su pasión, lo han llevado a presentarse en los últimos tres arraiales que se han realizado en honor a la Virgen de Fátima, gracias a la simpatía que irradia este pequeño de voz prodigiosa, por el que siempre claman. “En los colegios y serenatas para las mamás o abuelitas piden mucho la presencia de mi hijo”.

De su propia voz

Con la timidez que caracteriza a un niño de su edad, aunque no es para nada tímido en sus presentaciones, Osmar confesó que es un gran estudiante en su clase del cuarto grado en el colegio Manuel Siso Martínez. “Me gusta mucho la matemática, es muy interesante. Cuando crezca quiero además de cantar, ser un gran médico para poder ayudar a la gente”.

Refirió que el sueño más preciado, que atesora con mucha ilusión es conocer personalmente a uno de sus tres ídolos: Vicente Fernández, Pedro Fernández o a El Potrillo. “Para mí, ellos son lo máximo, por eso canto sus temas, me hace muy feliz interpretarlos porque cada vez que lo hago me inspiro en mi mamá a quien quiero mucho”.

Este año, han descubierto que no solo la música mexicana se le da muy bien a Osmar, sino que también lo hace muy bien en el género venezolano. “En la academia están en la búsqueda de que él se convierta en un cantante versátil a nivel profesional y lo están logrando, porque incluso lo están conllevando a componer sus propios temas. Hasta la fecha ha grabado seis temas para el Cd que preparan internamente”.

Con miras al cierre de proyecto que están preparando para el 11 de diciembre, este grandioso talento está preparando una gaita que pertenece a Luis Silva junto al Grupo Alianza que lleva por nombre “Amor del Bueno”. Pero más allá de eso está trabajando también en el tema “Llanerísimas”, que pertenece a Silva./Maribel Sánchez/lb/Foto: Juan Carlos Blanco/

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