El español Rafael Nadal jugará su décima final en París, donde no ha perdido ninguna, tras derrotar al austríaco Dominic Thiem por 6-3, 6-4 y 6-0 en 2 horas y 7 minutos, poro lo que se medirá por su décima Copa de los Mosqueteros contra el suizo Stan Wawrinka.
Nadal no ha perdido un solo set en el torneo y sólo ha dejado escapar 29 juegos, seis menos que en 2008, cuando llegó a la final habiendo cedido 35.
El récord lo tiene, sin embargo, el sueco Bjorn Borg, que se presentó en la final de 1978 con tan solo 27 juegos perdidos.
Nadal felicitó a su rival por el torneo que ha completado y auguró “un partido muy duro” contra Wawrinka, que “está haciendo un tenis increíble”.
“Volver a jugar una final en este torneo, el más importante de mi carrera, es algo muy emotivo”, dijo el español.
El duelo contra Wawrinka será también un partido por el número 2 del mundo. Quien gane se lo quedará. En el caso de Nadal, que ya tiene garantizado el número 3 del mundo, su mejor ránking desde marzo de 2015, ganar le reportaría su mejor clasificación desde octubre de 2014.
Wawrinka venció en la otra semifinal al británico Andy Murray, número uno del mundo, por 6-7 (6), 6-3, 5-7, 7-6 (3) y 6-1, dejando escapar los dos primeros sets de la quincena. Será 2 del mundo si gana su segunda Copa de los Mosqueteros, tras la que logró en 2015.
Será el duelo 19 entre ambos tenistas, el segundo en la final de un grande tras el que el helvético venció en el Abierto de Australia de 2014, cuando ganó su primer Grand Slam.
Nadal ha vencido en 15 ocasiones al suizo, cinco de ellas en arcilla, donde solo ha perdido un duelo contra Wawrika, a quien ya derrotó en Roland Garros en 2013, en cuartos de final.
Pero será un duelo entre los dos tenistas que mejor torneo han hecho.
Nadal ha barrido a todos sus rivales, incluido a Thiem, que opuso menos resistencia de la que se esperaba. El austríaco, de 23 años y 7 del mundo, es el único tenista que ha ganado a Nadal sobre tierra batida esta temporada y llegó a semifinales tras vencer en tres sets al serbio Novak Djokovic, que defendía el título.
Pero en su segunda semifinal en Roland Garros demostró que todavía le viene grande la central de París, sobre todo si tiene enfrente al vendaval de Mallorca.
El partido no se pareció nada al que ambos disputaron hace unas semanas en cuartos de final de Roma, donde el austríaco se impuso por 6-4 y 6-3.
Antes, Nadal le había vencido en las finales de Barcelona y Madrid, pero en el Foro Itálico su rendimiento había bajado.
Fue una pausa antes de llegar a París, donde reapareció la mejor versión del español. Si en Roma Thiem había sido más agresivo para dominar a Nadal, en la Philippe Chatrier persiguió también acortar los puntos, buscar puntos ganadores, lo que le hizo multiplicar los errores.
Intratable, Nadal le obligaba a arriesgar demasiado, a ganar varias veces un punto, lo que acabó desquiciando al austríaco.
Y eso que había empezado el partido ganando el servicio de Nadal, pero enseguida cedió el suyo al siguiente. El español, dolido en su orgullo, sumó cuatro juegos consecutivos y dejó encarrilada la manga.
La hazaña del joven Thiem, que todo el mundo designa como uno de los jugadores que dominará el circuito en los próximos años, se tornó complicada y aunque siguió intentándolo, el poderío de Nadal fue impresionante.
Tras romper el servicio de su rival en el tercer juego del segundo parcial conservó la diferencia para hacerse con el set.
Thiem ya no estaba en el partido y cedió en blanco la última manga.
Será la vigésima segunda final de un Grand Slam para Nadal, que supera así a Djokovic y se sitúa a 6 del suizo Roger Federer, que es quien más ha jugado.
Fuente: Meridiano