Gol solitario de Benzema le sirvió a los blancos para tomar la ventaja en la semifinal de la Champions
Real Madrid derrotó 1-0 al Bayern Múnich, en el primer capítulo de semifinales de Liga de Campeones, sobreviviendo a un asedio para imponer la pegada a la posesión y tomar ventaja en un duelo con dos estilos dispares, que decantó el tanto de Karim Benzema. En el Santiago Bernabéu, el Bayern de Pep Guardiola era el examen más duro de la temporada para el Madrid de Carlo Ancelotti, que llegaba lanzado anímicamente por la conquista de la Copa del Rey ante el Barcelona una semana atrás.
Así apareció un equipo de rojo, que si hubiese cambiado sus colores por los azulgranas todos habrían creído ver al Barsa de Guardiola. Toque con paciencia hasta encontrar el camino del peligro, presión alta y asfixiante y exhibición de un estilo para minimizar las cualidades del rival.
La personalidad del Bayern le condujo a salir a dominar. Con Guardiola lo contrario no es negociable. Mientras, el Real Madrid fue empujado a golpes a su terreno, donde buscó anular espacios defensivos entre líneas ante unos alemanes que fueron los dueños del balón.
A un equipo ganador, Guardiola le ha sabido dar pausa. Para sus críticos excesiva, por la elaboración de cada jugada. El 90% de la posesión era suya. El Madrid no veía la pelota. Presionado por tres rivales cada vez que uno de sus jugadores la tenía. Obligado a regalarla o dar un patadón a la nada.
Los madridistas se convirtieron en guerreros que mostraban su raza en defensa. Cercados por su rival. Con Casillas preparado para lo peor. Empujados a jugar al contraataque, la velocidad de Di María y Cristiano era una esperanza que asomaba en el horizonte si las fuerzas del Bayern flaqueaban o tenían un momento de duda.
Maniatado, el Real Madrid no tenía opción de jugar ni de adelantar su línea de presión. Vio como Robben, Schweinsteiger y Kross disparaban a su puerta. No había noticias madridistas de forma inesperada salió a relucir su pegada. La primera vez que llegó a tres cuartos del campo, el pase en profundidad de Cristiano al desmarque de Coentrao culminó con asistencia medida a Benzema (17) que marcó a placer.
Explotó de ilusión un estadio al que le costaba creer lo que veía. Fueron los únicos instantes del primer acto en los que el Bayern se tambaleó. De golpe la posesión sin profundidad fue alemana y las ocasiones madridistas, que pudieron dar otro golpe por con ocasiones claras de Cristiano y de Di María ante del medio tiempo.
Las cartas estaban sobre la mesa en el segundo acto y con el marcador a su favor y sin la sorpresa inicial, el Madrid sabía a qué jugar. Mantuvo su solidez defensiva y con más espacios para explotar sus virtudes ofensivas buscó un triunfo mayor. El Bayern, entretanto, que no contaba con un desconocido Ribery, apeló a la insistencia de Robben como principal argumento ofensivo.
El último cuarto de hora de la primera batalla fue de empuje alemán hasta la extenuación. El Madrid puso un muro que no se rompió salvo por un grave error que pudo costar la eliminatoria. Tras un disparo de Müller, el balón perdido acabó en una ocasión de Gotze, que fusiló a Casillas y se encontró con la rápida reacción del capitán madridista.