La sonrisa de una adolescente, de 14 años, fue borrada por el encargado de hacerla relucir: un payaso de fiestas infantiles, quien abusó de ella sexualmente y luego la mató a puñaladas, el pasado viernes, en Carapita, al oeste de Caracas.
Como una escena de la reciente película de terror It (que traduce ‘Eso’), el payaso asesino, identificado como Rigoberto Enrique León, de 36 años, jaló por un brazo a la adolescente y la encerró en su casa. Allí fue torturada, abusada y asesinada a puñaladas con un cuchillo de cocina.
No la salvó ni la inocente alerta que emitió una vecina del barrio El Cardón, en Carapita, donde ocurrió la desgracia. “La pequeña fue a la casa de León a pedir sal y el aberrado la atendió exhausto y bañado en sangre”, dijeron policías.
La niña, llena de pánico, le dijo a su madre lo que había visto, ese viernes en la mañana, pero la mujer la ignoró. Dos días después, luego de arduas horas de búsqueda, el cadáver de la adolescente fue hallado.
En un saco estaba el cuerpo, tirado en un basurero de la zona. Desnuda, con unas zapatillas y su ropita bien doblaba. Tenía múltiples puñaladas en el rostro y en el pecho. La estudiante del primer año de bachillerato en el liceo Felipe Paúl, de Antímano, salió el viernes temprano de su vivienda. Iba a la casa de su abuela, ubicada muy cerca de la suya.
Apenas unos 20 pasos había dado, cuando un jalón de su brazo la llevó a un mundo de dolor del que no logró escapar. Era la ira del payaso de la muerte, quien la acosaba cada vez que la veía caminar por las calles del barrio.
Al parecer, una vecina de Carapita vio la actitud extraña de León, pero tampoco hizo nada. Pasadas varias horas, la abuela se extrañó porque no había llegado y comenzó a buscarla. Recordó que, minutos antes, había visto a León caminar por las calles con un saco colgado en un hombro.
La familia alarmada llamó a la policía y fueron a la casa del payaso. Ya había escapado. No encontraron rastros de él, pero sí una escena de un crimen desgarrador. Sangre por todas partes que dejaron al descubierto el dolor y la tortura que sufrió la joven.
El acosador es buscado por todos los organismos de seguridad, luego de marcar de desgracia los días de una familia caraqueña y causar terror en los niños que se reían con sus ocurrencias de payaso en cada fiesta que animaba. Las investigaciones hechas por los detectives del Cicpc determinaron que la jovencita fue abusada sexualmente antes de ser asesinada. Su familia entristecida clama justicia a las autoridades.
Con información de Panorama