Cada vez son menos las esperanzas que guardan las más de 50 familias que continúan viviendo en el sector Santa Eduvigis, que hace más de tres años fue declarado en alto riesgo, debido a los daños causados por el desborde del río San Pedro.Algunos ya fueron reubicados, otros continúan en refugios, mientras que otro grupo permanece en el sector en casas en condiciones inestables.

Hace dos años se les prometió la construcción de un complejo habitacional; sin embargo, la obra está paralizada desde hace meses.

Mientras tanto, las familias viven en zozobra cada vez que llueve, pues varios de los inmuebles están a punto de desplomarse.

Habitantes sostienen que a causa de las labores de construcción del conjunto residencial Alto Verde, destinado a los damnificados de Vargas, los obreros desviaron el cauce del río, por eso cuando llueve aumenta el nivel, y el agua irrumpe en las casas. Muchas de las bases están debilitadas, otras han cedido o están a punto.

Promesas en el aire

El Ministerio de Obras Públicas y Vivienda, a mediados de 2010, inspeccionó las viviendas y las declaró en alto riesgo, tras lo cual se logró reubicar a unas 20 familias que corrieron con suerte, mientras que el resto sigue guapeando.

Con la llegada de las precipitaciones, lugareños no pueden dormir. Si llueve muy fuerte, se trasladan hasta la sede de la Universidad Simón Rodríguez a esperar que pase el aguacero.

Yusbeidy Coronado expresa que la situación es desesperante, viven en medio de la insalubridad por la cantidad de cañerías colapsadas y los olores que emanan de una planta de tratamiento. Su casa presenta grietas y el baño no funciona.

Dice que ha solicitado ayuda por todos los medios; sin embargo, no la han tomado en cuenta. Pide a las autoridades que definan qué sucederá con ellos.

En reiteradas ocasiones, han trancado calles, protestado y dirigido a entes gubernamentales, pero la indiferencia de las autoridades los tienen condenados a seguir viviendo en condiciones precarias.

Por debajo de la casa de Olga Marín, cruzan unos tubos de aguas negras que están obstruidos, estos provocan filtraciones y contribuyen a que la casa pierda estabilidad. Por si fuera poco, el afluente pasa a escasos centímetros de la estructura.

Hace un llamado a las autoridades para que limpien el río. Sobre una posible reubicación, ve la situación difícil; sin embargo, mantiene algunas esperanzas./ac

Por: Yordys Méndez/ Foto: Jesús Tovar