Disparidad de precios en farmacias de Los Teques

El presupuesto mensual del hogar no solo se relaciona con la compra de alimentos, debido una parte debe dirigirse para la compra de medicamentos destinado al tratamiento de las enfermedades crónicas, los cuales tampoco escapan del descontrol que en algunos casos “rayan” en la especulación debido a disparidad en los precios en farmacias de Los Teques.

El equipo de Avance recorrió varios locales ubicados entre el sector La Hoyada y la redoma de La Matica, en la búsqueda de fármacos para el tratamiento permanente de la tensión arterial, tiroides y el corazón, con el propósito de establecer una comparación en sus costos al público.

En Locatel, del C.C. La Hoyada, se consultó el precio de Cardesartan, formulado para el control de la presión arterial, este producto en la presentación de 30 pastillas de 8 mg. cuesta $ 8,43 o Bs. 309; mientras que en Farmamigo, situada en la calle Miquilén, se vende en $ 5,27 o Bs.193 y en $ 8,87 o Bs. 325 en la cadena de tienda de Farmatodo.

Por otro lado, las pastillas de Eutirox indicada para los trastornos de la glándula tiroidea de 50 mg.  en empaque de 50 pastillas cuesta $ 15,93 o Bs. 584 en Locatel ; $ 20,46 o Bs. 750 de 100 mg. con el mismo contenido en Farmamigo y $ 16,26 o Bs. 596 en Farmatodo.

Asimismo, el Bisoprolol de 2,5mg en la marca genérica tiene un valor de $ 3,1 o Bs. 139,47 y la marca comercial tiene un $ 5,93 o Bs. 217; en Farmamigo se consigue en $ 6,63 o Bs. 243 de 30 pastillas y en Farmatodo cuesta Bs. 233 la caja del mismo contenido.

Pacientes en 3 y 1

Miguel Cárdenas quien se encontraba por la avenida Bermúdez manifestó que toma Cardesartan y aseguró que es una tarea maratónica buscar el remedio cada 15 días.

“La pensión de $ 3,55 o Bs. 130 y solo sirve para comprar pan. El bono de guerra económica lo invierto para comprar las pastillas, pero apenas puedo adquirir una caja y buscando la más económica”.

Coromoto Espinoza tiene más de 35 años tomando Eutirox, medicamento debe ingerir el resto de su vida.

“Cuando hubo la escasez me tocó comprarlas a personas que las traían de Colombia. Hoy día hay variedad incluso en las farmacias del Gobierno donde son más económicas, pero prefiero pagar un poco más y llevar una marca comercial”.