Policías de Guaicaipuro supervisaron el expendio a precio justo de champú, pañales y otros productos regulados, que eran acaparados y vendidos con sobreprecio. El comerciante no podrá instalarse más nunca en el mercadito
El mercadito a cielo abierto de la Miranda se activó desde tempranito para cumplirle a su fiel clientela. José Echeverría, presidente del recinto, indicó que muchos de los concesionarios estuvieron presentes, pero no todos cumplieron con las normas.
Tal situación lo motivó a solicitar la presencia de una comisión de Poliguaicaipuro para detectar y solventar cualquier irregularidad. Dentro de las labores descubrieron que un vendedor estaba ofreciendo champú, pañales y jabón con sobreprecio.
“Los funcionarios se encargaron de supervisar la parte interna y verificaron que dichos artículos estaban regulados; por lo tanto, no se pueden expender a menos que se tenga una permisología. Además, tenía una cantidad considerable de productos acaparados debajo del puesto”, dijo Echeverría.
Después de terminar la inspección, se comenzó a formar una fila de consumidores para surtirles la mercancía a precio justo. “Hay que cumplir la ley y este señor la estaba infringiendo, por eso ya no pertenecerá a nuestro mercado. Esta sería la tercera vez que se presentan inconvenientes con esa tienda y las normas del lugar dicen claramente que eso genera suspensión”.
Se encontró carne de primera a Bs. 380
Aunque ciertos concesionarios contaban con carne, los precios no representaron un gran alivio, ya que se ofrecía el corte de primera a Bs. 420, de segunda a Bs. 400 y huesos para sopa a Bs. 250. Lo más barato que se consiguió el preciado rubro fue a Bs. 380. Los huesitos ahumados se ubicaron en Bs. 200, costillas Bs. 220, chuleta fresca a Bs. 430, ahumada a Bs. 440 y los recortes a Bs. 380.
No obstante, el regidor afirmó que “los precios estuvieron mucho más módicos que otros sitios, donde se ubican hasta en Bs. 500. Aquí siempre tratamos de no pegarle tan fuerte a la billetera. Claro está que algunos se quejan, pero no es nuestra culpa, deben entender que se obtiene del mercado privado”.
Las ventas estuvieron flojas
En cuanto la afluencia, sostuvo que fue un poco floja, debido a que los mayoristas no trabajaron a plenitud en la Semana Mayor. “No se brindó el servicio habitual porque las vacaciones siempre terminan parando todo; sin embargo, nos caracterizamos por ser un punto de referencia para el pueblo de los Altos, así que hicimos hasta lo imposible por dar lo mejor de nosotros”. Krisbelys Osuna, vendedora de empanadas, corroboró que “usualmente viene gran cantidad de clientes, pero esta vez la gente se fue a vacacionar”.
Aprovechó para invitar a la colectividad a su puesto, que está en la mitad del recinto, ya que vende las empanadas a Bs. 45 y arepitas dulces a Bs. 50, al igual que los bollitos. Los jugos naturales de parchita, guayaba y papelón los ofrece a Bs. 35./Adrián Rivero/ac/Foto: Edgar Jiménez
