La Alcaldía de Guaicaipuro se hace de la vista gorda ante la situación
Claudio Vargas. En completo abandono se encuentra la parroquia de San Pedro de los Altos, en donde problemas como las abundantes montañas de basura, vialidad repleta de troneras, inseguridad y alumbrado público tienen a los vecinos y lugareños hasta la coronilla, quienes le piden a la Alcaldía de Guaicaipuro tomar cartas en el asunto.
Aproximadamente desde hace cinco años las vías no reciben un trabajo de asfaltado, por lo que sectores como El Ventorrillo, El Placer y Romerito se encuentran casi intransitables. “Los organismos públicos no han hecho absolutamente nada para arreglar las calles. Los carros a cada rato se están echando a perder debido a esta problemática, y para colmo los repuestos están escasos, así se refirió Gustavo Pérez, taxista.
Asimismo, Andrea González, habitante, indicó que “si no fuera por los pocos trabajos que realiza Empresas Polar para contribuir con esta parroquia estaríamos viviendo en un chiquero, ya que la desidia que ha demostrado el ayuntamiento con nosotros no tiene límites. El pasado alcalde hizo caso omiso de nuestros llamados cientos de veces y Garcés hasta los momentos no ha pasado por aquí”.
Apuntó que los habitantes siempre se pregunta que se hace con el dinero de los impuestos. “Se supone que deberíamos ver algunas mejoras en nuestra comunidad pero es todo lo contrario. Estamos cansados de vivir esta manera y que nadie se preocupe por nuestra calidad de vida. Ni siquiera a las plazas se les ha invertido algo”.
Entretanto, Omaira Oropeza, lugareña, señaló que el servicio de aseo urbano es deficiente. “Es raro cuando las calles no están full de desechos sólidos. Ya no sabemos qué hacer para que la gente del aseo pase por aquí al menos una vez por semana. Esta situación es sumamente peligrosa, ya que en cualquier momento se puede desatar una epidemia”.
Julio Andrade, habitante, manifestó que durante las noches varias zonas se convierten en una boca de lobos, pues el alumbrado público presenta irregularidades desde hace meses. “Las lámparas no son cambiadas desde hace años. La gente de aquí tiene que resguardarse en casa desde temprano, porque lo da es miedo salir con tanta oscuridad.
Además, destacó que las arremetidas del hampa cada vez se hacen más frecuentes. “Esto parece una zona que no tiene ley, pues lo antisociales hacen de las suyas sin que nadie les dé un parao. El servicio policial pareciera que solo patrullan en el día, pues en las noches no se les ve ni de casualidad”.
Por otro lado, advirtió que en cualquier momento se podría desplomar el puente del casco central, pues todavía no se han iniciado los trabajos de reparación, a pesar que se encuentra en precario estado. “La edificación viene socavando desde hace bastante tiempo. Parece que se está esperando que se derrumbe para empezar a hacer algo”.
Puntualizó que los autobuseros no suben a varios sectores de la parroquia. “Por ejemplo los que viven en Romerito les toca caminar hasta el centro para agarrar el autobús. Supuestamente no quieren hacer esas rutas porque las vías se encuentran destrozadas. Obviamente ninguno quiere echar a perder su unidad autobusera”.
Jhomir Martínez, fiscal del terminal de la parroquia, enfatizó que las estructuras del lugar se encuentran en pésimo estado. “Las pocas reparaciones que se han hecho las hemos costeado nosotros mismos. Si seguimos así con el pasar del tiempo nos vamos a quedar sin terminal”./Foto: Luis Vásquez
