El presidente argentino, Alberto Fernández, contestó este viernes al jefe de los fiscales que las expresiones vertidas respecto del fiscal que pidió una pena de doce años de prisión a la vicepresidenta, Cristina Fernández, por presuntos delitos de corrupción “de modo alguno” intentan condicionar el accionar del funcionario.
El procurador general interino, Eduardo Casal, había enviado el jueves último una nota al mandatario en la que había expresado una “profunda preocupación” por las expresiones que había realizado en una entrevista televisiva y que implican una “perturbación” al ejercicio de las funciones del fiscal Diego Luciani -quien también solicitó la inhabilitación de la vicepresidenta, Cristina Fernández, para desempeñar cargos públicos-, así como “una injerencia indebida”.