Delegaciones hicieron hincapié en que el diálogo es la solución
La declaración final de la XXV Cumbre Iberoamericana fue aprobada ayer por los cancilleres que se reunieron en Cartagena, Colombia y compartieron además su preocupación por la crisis en Venezuela, según adelantaron fuentes diplomáticas
La declaración de Cartagena quedó lista para que los presidentes y jefes de Estado la refrenden este hoy sábado al cierre de esta XXV Cumbre, marcada por la grave situación que atraviesa Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, asistirá a esta cita tras confirmar su participación a última hora, destacó Efe.
Según las fuentes consultadas, varias delegaciones aprovecharon la reunión a nivel ministerial para expresar su preocupación por Venezuela e hicieron hincapié en la necesidad de que ésta se resuelva mediante el diálogo que debería comenzar el próximo martes entre el Gobierno y la oposición.
En una rueda de prensa, el ministro guatemalteco, Carlos Raúl Morales, aseguró que cree “importante” que la Cumbre aborde esta cuestión, secundando las declaraciones del presidente peruano, Pedro Pablo Kuczynski, que se refirió a la crisis que atraviesa Venezuela tras aterrizar en Cartagena.
A expensas de la decisión de los mandatarios en la sesión se aprobó la candidatura de Guatemala para acoger la 26 Cumbre Iberoamericana de 2018, que según adelantó su canciller, se celebraría en la ciudad guatemalteca de Antigua.
Durante la única sesión destinada a los responsables de Exteriores durante esta Cumbre, se aprobó la citada declaración, así como el Pacto Iberoamericano por la Juventud que propone 22 puntos para reconocer los derechos de los jóvenes y promover políticas públicas para esta parte de la sociedad.
El proceso de aprobación llega así a su último paso, tras pasar por las manos de los responsables de cooperación de todos los gobiernos iberoamericanos, los coordinadores nacionales de la misma materia y hoy por los ministros.
El texto final contendrá las intenciones para dotar a la cooperación iberoamericana de mayor estructura y posibilidad de acción, así como 14 comunicados especiales sobre cultura, desarrollo y política que propusieron los países a título individual o conjunto.
A su vez, en la reunión también se dio luz verde al documento administrativo que pone cierre al proceso de renovación de la Secretaría General Iberoamericana, que comenzó tras la anterior Cumbre de Veracruz (México) de 2014.
En la apertura, la canciller anfitriona, la colombiana María Ángela Holguín, destacó que su país, como organizador de la Cumbre, entregará “resultados concretos” a los presidentes, en torno a la temática de la XXV Cumbre, que se centra en educación, juventud y emprendimiento.
“El espacio iberoamericano es un escenario de gran convergencia cultural en medio de una enorme diversidad con respecto a niveles de desarrollo y modelos económicos”, opinó Holguín ante sus homólogos y los representantes de Exteriores de varios países que no estuvieron representados por sus ministros.