Construcción del mercado Hugo Chávez avanza a paso de morrocoy
Más de 900 comerciantes informales aún continúan dispersados en el centro de Los Teques. Para 2013, cuando fue inaugurado el Mercado Plaza, la población de buhoneros rondaba los 1300, de los cuales solo unos 490 fueron reubicados, el resto quedó en la calle a la espera de que se culminara el mercado Hugo Chávez.
No obstante, la construcción de esta estructura, que fue planteada antes que el Plaza, va a paso de morrocoy, por lo cual los vendedores ven pocas posibilidades de ser reinstalados es un lugar más seguro y próspero.
“Cuando abrieron el Plaza, más de 900 compañeros quedaron en las calles. Actualmente, esa cantidad ha aumentado una barbaridad, cada día son más quienes montan sus tarantines”, expresó Roberto Maestre, uno de los afortunados que recibió su local en el centro comercial que levantó la Gobernación.
En las aceras la anarquía reina. Cada vez es más gente la que se une a la actividad informal. Entre las razones destaca la falta de empleo. “Se instalan aquí, allá, en todos lados, a pesar de los esfuerzos que han hecho por sacarlos”, manifestó un comerciante que prefirió no identificarse. Hace unos meses, informales denunciaron ser víctimas de arremetidas por parte de funcionarios de la Alcaldía, quienes buscaban la manera de desalojar a aquellos que no tenían permisos para tomar las aceras.
“Había o hay un censo en el que se inscribieron muchos de los que quedaron a la espera de ser ubicados en el Hugo Chávez. La policía duró varios días intentando sacar a la gente que no estaba registrada, y por supuesto también aprovechaba para matraquear”, sostuvo Rosibeth Fernández.
Un mercado estancado
Quienes están en el Plaza Los Teques expusieron que el proyecto comenzó con buen pie; sin embargo, las mejoras quedaron a medias. El no tener estacionamiento, el constante problema eléctrico y no contar con puntos de venta los tienen atados de manos.
“Estaban gestionando permisos para instalar los puntos, porque nadie carga encima 3.000 bolívares para comprar un pantalón y una franela. Muchos clientes llegan y al ver que no aceptamos débito se van”, explicó Maestre.
Asimismo, señaló que la directiva del lugar ha intentado buscar soluciones. “Pero no hacen nada trabajando un mes sí y cuatro meses no. Eso ocasiona que la gente pierda la motivación”. Añade que las ventas no son muy favorables. “A esto le falta mucho para ser lo que inicialmente se planteó. Mientras estemos así jamás veremos luz, y hablando de luz hay muchos locales que no tienen”.
Permisos chimbos
En las calles, el permiso para colocar un puesto de comida, ropa o legumbres se convirtió en un negocio ilegalmente próspero. Informales denuncian que funcionarios de la Alcaldía se dedican a dar permisos falsos a aquellos que por la vía regular no logran conseguirlos.
“Esos carnets, según tengo entendido, dejaron de expedirlos hace mucho tiempo. Quien tenga uno es de precedencia dudosa”, alegó Maestre. Mientras que Fernández aclaró que mediante amistades y tratos directos o indirectos, algunos consiguen el dichoso documento. “Tú sabes cómo es; se los cuadran y listo”./ac
