Obtuvo mayoría absoluta con 41% de los votos
Una vez garantizada la estabilidad política con una inesperada mayoría absoluta, el líder socialista luso, António Costa, enfrenta el desafío de conducir a Portugal en el camino de la recuperación post-covid, combatir la pandemia y reducir la brecha social en el país.
Costa pasó el domingo a la historia de la joven democracia portuguesa al conseguir la segunda mayoría absoluta que se anota el Partido Socialista luso, más del 41% de votos y 117 diputados.
Un triunfo con un valor añadido para el líder socialista tras seis años en el poder, los dos últimos en plena pandemia.
La mayoría absoluta le deja las manos libres para gobernar sin condiciones, aunque Costa anunció anoche su voluntad de diálogo con el resto de fuerzas políticas del arco parlamentario.
Las urnas han acabado con el problema de gobernabilidad que arrastraba Portugal desde 2015, cuando ganó el PSD (centroderecha) pero asumió Costa de la mano de la “geringonça”, un pacto de izquierdas.
Cuatro años después, el líder socialista, reforzado en las elecciones, consumó el “divorcio” con sus viejos aliados, aunque no logró avanzar con un Gobierno en minoría cuando sus antiguos socios le dieron la espalda.