José Luis Rodríguez hacía fila el viernes para llenar recipientes de plástico que tenía en su camioneta con agua para beber, lavar los trastes y bañarse.
Pero hay algo respecto a esta agua que Rodríguez no sabía: había sido extraída por autoridades desde un sitio federal para contener aguas peligrosas, encontró CNN después de revisar documentos del programa Superfund y entrevistar a funcionarios locales y federales.
Rodríguez, de 66 años, está tan desesperado por agua que esta noticia no lo alarmó.
Más de tres semanas después de que el huracán María azotara esta isla, más de 35% de los residentes, ciudadanos estadounidenses, continúan sin acceso a agua potable segura. Es evidente que algunos residentes están acudiendo a fuentes potencialmente peligrosas para conseguirla.
La tarde del viernes, CNN observó a trabajadores de la compañía de aguas de Puerto Rico, Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), distribuyendo agua de un pozo en el sitio de aguas subterráneas contaminadas de Dorado, que fue incluido en 2016 en el programa federal Superfund para limpieza de residuos peligrosos.
Residentes como Rodríguez llenaban pequeños botes con una manguera y los apilaban en sus vehículos. Pipas de agua llevaban el líquido a otras personas en distintos lugares. Algunas de las pipas llevaban el nombre del municipio de Dorado. Otras simplemente estaban identificadas con la leyenda “Agua Potable”.
En su anuncio de la inclusión del sitio de Dorado al programa Superfund, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) dice que el área estaba contaminada con químicos industriales, incluyendo tetracloroetileno y tricloroetileno, que “pueden tener serios impactos en la salud, incluyendo daños al hígado e incremento del riesgo de cáncer”, de acuerdo con la EPA.
CNN/