La aplicación de insulina hace parte de su cotidianidad
La diabetes es una afección crónica que se desencadena cuando el organismo pierde la capacidad de producir suficiente insulina o de utilizarla con eficacia, teniendo en cuenta que esta es una hormona que se fabrica en el páncreas y permite que la glucosa de los alimentos pase a las células del organismo, que luego se convierte en energía para que funcionen los músculos y tejidos.
Especialistas indican que los diabéticos tipo 1 son pacientes cuyo páncreas ha perdido completamente la capacidad para producir insulina, por lo cual son dependientes de las inyecciones de dicha hormona.
Cabe destacar que estas personas pueden tener una buena calidad de vida, siempre que cumplan con algunas normas.
En primer lugar, deben educarse sobre su condición, a fin de que comprendan la naturaleza de la diabetes tipo 1, su progresión, tratamiento, control y la real posibilidad de mantener este trastorno metabólico en equilibrio.
Asimismo, les será de gran beneficio llevar una vida saludable, con una alimentación apropiada y actividad física regular. También es necesario que cumplan el tratamiento con insulina indicado por el médico y que mantengan un buen estado psicoafectivo.
Indispensable la insulina
El endocrinólogo Eduardo Carrillo agregó que “la insulina es el eje central de la terapia en los diabéticos tipo 1. Es el único tratamiento, unido a otras importantes medidas, que les garantiza bienestar”.
Explicó que la forma recomendada de administración del medicamento es tratar de imitar la forma como la insulina es liberada en el organismo. “Esto significa que el paciente requiere inyectarse dos tipos de insulina: una de acción lenta, en una o dos dosis al día (en la mañana y/o en la noche), para reproducir la secreción basal de insulina del organismo; y otra de acción rápida o ultra rápida, antes de cada comida (tres veces al día), a fin de lograr los pulsos de insulina que se producen normalmente cuando comemos”.
Chequear niveles de azúcar
Puntualizó que el diabético tipo 1 debe medir sus valores de azúcar en la sangre por lo menos tres veces al día, antes de cada comida. Adicionalmente, puede hacerse mediciones postprandiales (dos horas después de comer), antes de acostarse, en horas de la madrugada y en aquellos momentos que tenga síntomas no deseables.
“Las múltiples mediciones se requieren debido a la visión de los cambios de glucemia a lo largo del día en relación con las comidas, las actividades y el tratamiento, para indicar dónde hay desequilibrios y necesidad de que hagamos ajustes, garantizando así un mejor control y bienestar”.
Una buena alimentación
En cuanto a la alimentación, el especialista precisó que se debe cumplir con las tres comidas principales y dos o tres meriendas balanceadas, con las calorías necesarias y evitando azúcares.
Resaltó que las comidas rápidas deben salir del hábito, y procurar incluir más vegetales, grasas, omega 3 y fibras, y si la dieta es diseñada por un nutricionista, mucho mejor.
¿Qué evitar?
Es importante evitar el consumo de alcohol, dado que en un diabético tipo 1 incrementa la posibilidad de hipoglucemias y altera el equilibrio alimentario, al igual que el uso del tabaco, debido a que aumenta el ingreso de sustancias oxidantes al organismo, aumentando la posibilidad de complicaciones diabéticas.
Las bebidas gaseosas tampoco están recomendadas, porque favorecen un incremento de los valores de glucemia; sin embargo, pueden ser útiles como fuente de glucosa en los casos de hipoglucemia (valores bajos de azúcar en la sangre). YR/ac/Foto: William Sánchez