La empresa estadounidense tenía un seguro firmado, en caso de que la actriz no cumpliera con sus 3 sagas acordadas de ‘La Guerra de las Galaxias’.
Carrie Fisher fallecía el pasado 27 de diciembre a los 60 años de edad, tras sufrir un paro cardíaco. Una trágica noticia agravada al conocerse que Debbie Reynolds, protagonista de cintas como Cantando bajo la lluvia o La conquista del oeste y madre de Fisher, fallecía un día después que su hija. Cuando la industria del espectáculo aún se estaba recuperando de ambas pérdidas, ha sido uno de los trabajos más célebres de la primera el encargado de que su nombre vuelva a aparecer en los titulares.
En este caso, han sido medios como el New York Post los responsables de la posible compensación económica que Disney, productora de la saga Star Wars y propietaria de Lucasfilm, podría recibir por parte del banco Lloyd’s of London. La razón: que Fisher, la cual estaba contratada por tres entregas –y que ya había grabado las dos primeras, El despertar de la fuerza, en 2015, y el episodio VIII, programado para estrenarse en diciembre de este año– se haya quedado sin rodar el episodio IX de la saga. Por su ausencia, se calcula que Disney pudiera ser indemnizada con hasta 50 millones de dólares, o lo que es lo mismo, 47 millones de euros.
Hija del cantante Eddie Fisher y de la actriz Debbie Reynolds, Carrie Fisher trabajó como actriz desde muy joven, aunque no cobró verdadera popularidad hasta los años 70, cuando interpretó por primera vez a la princesa Leia en La guerra de las galaxias (1977), un papel que repetiría en las tres siguientes películas de la saga: El Imperio contraataca (1980), El retorno del Jedi (1983) y, 32 años más tarde, en El Despertar de la Fuerza (2015).