Derrotó 2-1 a Ghana con tantos en los minutos 1 y 86

Estados Unidos no esperó más que 30 segundos para mostrar su afán de ganar y Ghana quiso enseñar que tarde también podía empatar con Andre Ayew a los 82, pero no contó con la astucia de John Brooks que cuatro minutos después aseguró el 2-1. El cabezazo del zaguero le dio un premio justo a un laborioso trabajo del equipo norteamericano en un partido que se jugó con intensidad en ambas áreas. Pero resultó ser también un enorme castigo para un conjunto africano que corrió, luchó y disparó sin cesar.

Apenas pasó medio minuto y el delantero Clint Dempsey ya estremecía la red de la portería de Adam Kwarasey, para el gol más rápido que se marca de momento en la vigésima edición del Mundial. En la Arena dos Dunas de Natal, la selección de Jurgen Klinsmann se mostró sólida en defensa a pesar de la fuerza que desplegaron las Estrellas Negras, que se encontraron a un Tim Howard muy seguro en los tres palos.

El ariete Asamoah Gyan mantuvo en permanente tensión a la defensa estadounidense, mientras los mediocampistas Chistian Atsu y Jordan Ayew se abrían por las bandas para surtir de balones a los atacantes ghaneses. André Ayer pareció romper el sueño norteamericano al aprovechar con remate con pierna zurda un taconazo en el área, pero la cabeza de Brooks apareció cuatro minutos después para sellar la venganza de los estadounidenses, que en las dos últimas ediciones del Mundial fueron eliminados por los ghaneses.