A dos meses de la muerte del presidente se acentúa la crisis política
Haití sigue lejos de conocer a los autores del asesinato del presidente Jovenel Moise, mientras el país ha pasado a concentrarse en atender las múltiples crisis desatadas en los dos meses que han pasado desde el magnicidio, reseñó EFE.
La muerte de Moise, asesinado a tiros en su residencia el 7 de julio, abrió una grave crisis política que solo ha amainado temporalmente con la formación de un nuevo Gobierno, liderado por el primer ministro Ariel Henry, pero la inestabilidad del país ha forzado ya un aplazamiento de las elecciones al 7 de noviembre.
Mientras el Gobierno trata de negociar un acuerdo con la oposición para buscar una salida permanente a la crisis, el pasado 14 de agosto un terremoto devastador sorprendió al país, causando al menos 2.248 muertos, 690.000 damnificados e incontables daños en el sur de Haití.
Una emergencia que se ha unido a la delicada situación económica que ya atravesaba el país y a la proliferación de las bandas armadas, que siembran el terror con secuestros y asesinatos a diario, una situación que, a ojos de la población, ha dejado la investigación del magnicidio en un segundo plano.