Atletas y usuarios piden un “cariñito” para las instalaciones
Las autoridades responsables del mantenimiento del Polideportivo Arnaldo Arocha, ubicado en la urbanización Cecilio Acosta de El Paso, no muestran el más mínimo interés en rehabilitar este espacio, donde a la vista de los atletas y público general está una cancha de futbol destruida y una pista de atletismo inservible, no acorde para la formación del talento deportivo que algún día podría formar parte de la Generación de Oro, señalan vecinos.
En un recorrido realizado por el equipo del Diario Avance se pudo apreciar el grado de deterioro de las áreas destinadas para la práctica de las distintas especialidades de atletismo, saltos de altura y largo, las cuales desaparecieron porque sus espacios no sirven y mucho menos los implementos requeridos para estas disciplinas, tales como, colchones, saltómetros, entre otros.
Germán Utrera, corredor, afirmó que el material llamado tartán no sirve, hay secciones donde se han pegado recuadros del material que van retirando de otras superficies para “remendar” y garantizar su uso.
“Algunos deportistas han resultado lesionados, porque tropiezan justo donde está expuesto el pavimento, otras se han caído por unas piezas de metal que hay a la orilla de la pista que ya fueron retiradas”, apuntó.
El área del futbol refleja un terreno árido típico de una zona desértica, porque no cuenta con el sistema de riego, drenaje y requiere tierra orgánica o abonada para el engramado.
Los baños no tienen puertas, las tuberías no sirven y almacenan el agua en pipotes, los lavamos no tienen llaves, sumado a esto no tienen suficiente iluminación. En igual situación se encuentran los vestidores, aún cuando los propios deportistas hacen aportes para mantenerlos.
Por otro lado, tienen problemas de fuga de agua, cerca de la entrada, y cada vez que Hidrocapital bombea, cada ocho días, el vital líquido se rebosa.
La última vez que recibió un “cariñito” fue durante la segunda gestión del gobierno de Henrique Capriles, “quien modernizó la pista de tierra con la colocación de un recubrimiento especial llamado tartán”, apuntó un entrenador.
Sin iluminación
El estadio tiene una capacidad para unas 1.500 personas, cuenta con cuatro torres con 12 faros cada una, pero tampoco funcionan porque se llevaron los transformadores y los cables.
El techo de las gradas no es óptimo y en la parte de abajo existen unos depósitos sin cerradura llenos de basura, heces fecales y olores nauseabundos que sirven para el refugio de alimañas y del hampa, porque allí impera la soledad absoluta.
Amor y sentido de pertenencía
A pesar de las precarias condiciones del polideportivo, está abierto de lunes a domingo a partir de las 5:30 am hasta 8:00 pm, donde acuden miembros de la comunidad, atletas de alto rendimiento, master, clubes y maratonistas a cumplir con su rutina diaria.
La gente que hace uso de la sala de multifuerza se organizó y hace aportes de sus bolsillos para mantener el área operativa y para los próximos días tiene previsto pintar esta área.
María Gil explicó que “quienes quieren y pueden colaboran”, y con dinero recaudado lo destinarán para el arreglo de daños menores. /MD Fotos Yuliettsha Molina