El aumento de contagios desde hace diez días y el temor de una tercera ola de la pandemia obliga a las autoridades regionales españolas a reajustar y endurecer las restricciones de viaje y relaciones sociales, con vistas a las inminentes celebraciones navideñas.
A la espera de que la vacunación comience el 27 de diciembre, el país continúa en estado de alarma, declarado de nuevo el 25 de octubre pasado, con la mayoría de las regiones cerradas, con toques de queda y limitaciones diversas de horario y aforo en las actividades sociales, hosteleras, comerciales, culturales y deportivas.
De esta manera se complica pasar los días de Navidad y Año Nuevo en lugares donde no se vive, excepto para estar con familiares, y se limitan las reuniones de los días festivos a un máximo de diez personas, aunque un puñado de regiones lo rebajaron a seis (salvo convivientes) por miedo a un nuevo estallido vírico, dijo Unión Radio.