Se cumple medio mes desde la última aparición pública del líder norcoreano, Kim Jong-un, en medio de versiones contradictorias sobre su estado de salud y mientras en Pionyang no se ha notado nada inusual, según fuentes surcoreanas.
El mandatario que se cree tiene 36 años, obeso, gran fumador y con viejos problemas de salud, según distintas fuentes, está siendo objeto de numerosas noticias y múltiples rumores que incluso lo han llegado a dar por muerto, con poca certeza sobre su verdadero estado de salud.
La última aparición pública del dictador norcoreano fue el 11 de abril, cuando presidió una reunión del buró político del Partido de los Trabajadores, de la que dio cuenta la propaganda norcoreana al día siguiente.
La incógnita sobre su estado de salud está alimentada por las sospechas de que pudo haber sido operado quirúrgicamente recientemente, con complicaciones posteriores de salud, en medio de la oscuridad informativa que rige en el país del norte.