Se concentraron en más de cien ciudades
Miles de brasileños acudieron este domingo al llamado realizado por distintos grupos sociales, que en los últimos días organizaron concentraciones en más de cien ciudades del país, para exigir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff.
Al grito de “fuera Dilma”, numerosos ciudadanos vestidos de verde o amarillo recorrieron este domingo algunos de los puntos más emblemáticos del país, portando pancartas que pedían la destitución de la jefe de Estado brasileña.
En la capital del gigante suramericano, Brasilia, unas cinco mil personas, según estimaciones de la Policía, recorrieron la Explanada de los Ministerios hasta llegar frente al Congreso, donde se concentraron para hacer oír sus demandas.
Al final del acto, un reducido grupo de manifestantes prendió fuego a un ataúd de madera que contenía una bandera del gobernante Partido de los Trabajadores (PT). En la Avenida Atlántica, que recorre la mítica playa de Copacabana de Río de Janeiro, los manifestantes portaban una inmensa bandera “verde-amarelha” con el lema “impeachment” bordada en ella.
Pese a que los actos de protesta habían sido convocados por grupos sociales ajenos a partidos políticos, como “Vem pra Rua” o “Movimento Brasil Livre”, figuras de este ámbito, como el diputado derechista Jair Bolsonaro, también se acercaron para exigir el final del mandato de Rousseff.
Policía estuvo alerta ante casos de violencia
En la capital fluminense llegó a darse un conato de violencia cuando diversos seguidores del PT, que habían acudido a apoyar al Gobierno, confrontaron a los manifestantes; sin embargo, la Policía evitó que se produjera un altercado.
En Sao Paulo dos grandes muñecos hinchables, que parodiaban a una Dilma Rousseff enmascarada cual bandida y al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva vestido de presidiario, hicieron las delicias de los manifestantes, que en este caso, según datos de los grupos convocantes, se contaban por decenas de miles.
Las protestas que se produjeron este domingo por todo el país no contaron con el masivo apoyo de las que se realizaron en abril y agosto pasado, cuando millones de personas salieron a las calles para protestar por la corrupción y la crisis económica del país.
Los grupos organizadores, algunos de los cuales llegaron a manifestar haber sido víctimas de maniobras de censura en la red durante estos últimos días, achacaron esta escasa asistencia a la falta de tiempo a la hora de convocar a los ciudadanos, pero consideraron que los actos de ayer servirán para calentar motores de cara a las protestas que prevén organizar el próximo mes de enero.
“Las protestas fueron el reflejo de una parte de la sociedad brasileña que anhela un cambio político en el país” señaló una encuesta de la empresa demoscópica Datafolha. Los cargos a los que hace frente Rousseff se fundamentan en una serie de maniobras fiscales que el Gobierno llevó a cabo en 2014 y continúo en 2015 con el fin de maquillar sus cuentas.