El silencio que rodea la tumba contrasta con el ruido ensordecedor que fue su vida. Diego Maradona, uno de los más grandes futbolistas de la historia, está enterrado junto a sus padres en el sector A del cementerio privado Jardín Bella Vista, en las afueras de Buenos Aires, desde que un paro cardio-respiratorio le provocó la muerte a los 60 años el 25 de noviembre de 2020.
Salvo familiares directos y personal del camposanto -enclavado en un barrio humilde de casas bajas- nadie puede acercarse a su tumba, extraña paradoja para un ídolo popular que pasó la mayor parte de su vida rodeado de fanáticos.