Jhonny San y Arlen Gutiérrez, padres de Carlos Alfredo Sánchez Tovar (26) y Wikerman Duany Josué Gutiérrez Pérez (21), respectivamente, quienes fueron aprehendidos durante la madrugada del sábado 25 de noviembre por funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) en El Nacional, en Los Teques, denunciaron que el procedimiento estuvo repleto de irregularidades.
“Ellos no son azotes de barrio y no los arrestaron por estar cometiendo algún delito. El viernes 24, a eso de las 11:00 pm, venía de Caracas de visitar su novia, se bajó en la estación Ayacucho para dirigirse a la casa cuando de repente fue parado por una comisión que se lo llevó preso”, contó a Avance San.
Dijo que al día siguiente a eso de las 9:00 am, se trasladaron hasta el comando de la PNB ubicado en La Macarena para conocer más detalles del motivo de las capturas. “Un inspector nos atendió y nos comunicó que todo iba a salir bien, posteriormente nos enteramos que a nuestros muchachos les sembraron armas y drogas para justificar el arresto y presentarlos ante la Fiscalía y los tribunales”.
Reconoció que Sánchez Tovar conocido como “El Portugués”, acaba de cumplir una condena de 11 años por homicidio. Estuvo recluido en la cárcel de Tocuyito, salió a finales de junio de este año, regresó a la populosa comunidad. “Pero actualmente no está implicado en ningún delito. Él tiene derecho a reinsertarse a la sociedad”.
Agregó que también se preparaba para incorporarse a las Unidades Populares para la Paz (Upaz), una instancia creada en octubre por el presidente Nicolás Maduro con la intención de combatir la violencia.
“Somos gente de bien, yo soy jefe de calle en El Progreso, soy cuentadante de 590 familias, de 1.600 habitantes a través de los CLAP”.
Negó que esté liderizando una campaña para sacer del barrio el comando de la PNB que está en la antigua planta de tratamiento. “Simplemente estoy en desacuerdo con los excesos, abusos de algunos uniformados. La actuación fue arbitraria e ilegal”.
Denuncian destrozos
Arlen Gutiérrez, madre de Wikerman Duany, identificado con el apodo de “El Cachorro”, manifestó que su detención es producto de una retaliación en su contra porque días antes del procedimiento un grupo de oficiales de la Dirección Antidrogas de la PNB irrumpieron en su casa, “causaron destrozos, se robaron un aparato de Directv, unas colonias, cremas, un bolso, una mortadela, entre otras cosas”.
Apuntó que entraron al rancho mientras ella y el resto de la familia no estaban allí y ante este presunto abuso acudió al Ministerio Público para denunciar a unos 25 funcionarios que ocasionaron daños, “entonces ellos en venganza la agarraron con mi hijo. Él está trabajando en La Guaira y ese día estaba donde la novia”.
Precisó que ciertamente Wikerman, años atrás permaneció tras las rejas por robo de vehículo, sin embargo, quedó en libertad bajo régimen de presentación.
Además, enfatizó que los remoquetes de “El Portugués” y “El Cachorro” se los pusieron los policías, “porque ellos son conocidos por sus nombres verdaderos”.
Asimismo, calificó de sospechoso que, hasta este lunes 27 de noviembre, ninguno de los dos había sido presentados ante la Fiscalía, dando a entender que hay algo “oculto” de parte de la Policía Nacional.