Señalan que el obrero de El Limoncito actuó de manera irresponsable
RONALD PEÑARANDA
Gran consternación ha causado la muerte de una niña de año y medio, hija de un reciclador del vertedero El Limoncito, ubicado en el kilómetro 32 de la carretera Panamericana, en Los Teques, estado Miranda, tras consumir una sopa preparada con una sustancia tóxica que fue confundida con sal.
Maybe Pérez, presidenta de la cooperativa Una esperanza ecológica, que se encarga de las labores de reciclaje en ese espacio y a la cual está vinculado desde hace cuatro años José Benito Fuentes, padre de la pequeña, declaró al diario Avance, que él se encontró el producto allí, se lo llevó para su casa y luego lo utilizaron como sal doméstica.
“Ese compañero y su familia son cristianos y tuvieron un compartir en una iglesia evangélica. La esposa tomó la supuesta sal para echarle a la sopa. El 18 de febrero Benito estaba trabajando y llegó a nuestras instalaciones un familiar para avisarle que en su casa había una emergencia, él se marchó, posteriormente nos contactó telefónicamente y en ese momento nos enteramos de lo que estaba pasando”, relató.
Indicó que 17 personas, entre ellas dos hijos de Fuentes, presentaron síntomas de intoxicación, “pero todos están fuera de peligro. Ninguno estuvo en terapia intensiva como circuló en algunos medios de comunicación social de Aragua”.
Recalcó que según el testimonio del propio obrero él agarró el elemento letal en el vertedero “y sin saber que era dañino para el organismo se lo llevó a su hogar. La verdad es que fue un acto irresponsable de su parte porque violó unas normas de seguridad que tenemos en el recinto. De acuerdo a los estudios que se hicieron eso contenía azufre y urea”.
“No se preparan alimentos”
Aclaró que en ese lugar no se preparan alimentos ni se recogen artículos para sacarlo de su disposición final. “Una vez que esos productos caen allí está terminantemente prohibido hacer uso de ese material precisamente porque tienen un estado no apto para el consumo humano”.
“Destacamos la labor que realiza Protecnia C.A, que tiene a su cargo la disposición final, al no dejar descubiertos desechos tóxicos ni de otra índole porque la cobertura ahí es diaria. Ahora bien, sí es cierto que el trabajador sacó sin permiso y por confusión el componente químico, pero no es verdad que exista sal contaminada y mucho menos que esté siendo comercializada en distintas comunidades”.
Esto último lo dijo porque a raíz del suceso, a través de notas de voz difundidas por grupos de WhatsApp se alertaba sobre una gandola cargada de decenas de sacos de sal que se volcó en una carretera y varias personas agarraron y la estaban vendiendo en “teticas”. En los mensajes advertían que poseía un componente no apto para el consumo.
José Benito Fuentes, quien reside en Sabaneta (Aragua), no ha ido a trabajar al vertedero desde el día que ocurrió la tragedia. “Ha sido sometido a los interrogatorios de rutina del Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Que se sepa no está bajo averiguación, porque no hay una denuncia formal de ninguna víctima”, enfatizó Pérez quien en nombre de la cooperativa se une al dolor que embarga al reciclador y sus parientes por la irreparable pérdida. “Era una pequeña niña que apenas iniciaba su camino en este plano terrenal”, aseguró.
