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Religiosas de Los Teques celebran al Papa agustino 

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Periodistas de Avance

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Agustinas Recoletas oran para apaciguar la cruz que cargará el Santo Padre

Entre saltos y gritos de alegría, las Hermanas Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, recibieron este jueves 8 de mayo, la noticia de que el cardenal Robert Francis Prevost, es el nuevo Papa.

“¡Es agustino, no lo podíamos creer!”, contó a Avance la hermana Gracelia Molina, vicepostuladora de la causa de canonización de la Beata Madre María de San José, fundadora de esta congregación al servicio de Dios y los desamparados. 

El cónclave arrancó el 7 de mayo, justo en la festividad de su fundadora, la Beata Madre María de San José. “Decíamos que nuestra Madre metió la mano ahí”, dijo la hermana Gracelia con profunda emoción.

Ese día, en la misa, pidieron con fe por el nuevo Papa, sin saber quién sería. “Orábamos por su fortaleza, porque cargar la cruz de toda la humanidad no es cualquier cosa”, explica.

Cuando supieron que era Prevost, la alegría fue total: “Brincamos, gritamos, era nuestro agustino”. Su felicidad quedó grabada en un video que fue colgado en su cuenta de Instagram @hermanasarcj, en donde una de las hermanas expresó con emoción “¡tenemos un Papa agustino que va a canonizar a nuestra madre!”. 

Ser agustino: un orgullo inmenso

Para estas hermanas, ser agustino es un compromiso que les produce amor, compasión y mucha fuerza para impulsar a quienes lo necesitan.

“San Agustín, del siglo IV, sigue siendo súper actual”, asegura Gracelia. Sus escritos, llenos de fe y razón, aún enganchan a los jóvenes.

 “Ser hijo de San Agustín es vivir en comunidad, buscar a Dios dentro del alma y amar al prójimo. Él no quería ser obispo, pero la gente lo pidió a gritos. Decía: ‘Con ustedes soy cristiano, para ustedes soy obispo’. Esa humildad la vemos en León XIV”, refiriéndose a que San Agustín se sentía igual de cristiano que los demás, pero a la hora de cumplir con su ministerio, lo hacía con total compromiso, como un obispo.

Las tres ramas agustinianas —Orden de San Agustín, Agustinos Recoletos y Agustinos Descalzos— comparten el mismo espíritu y liturgia. “Nos juntamos seguido, somos familia”, contó la hermana, quien es también la encargada del ministerio de música y de las redes sociales de la congregación. 

El legado de Madre María de San José

El 7 de mayo no solo fue día de cónclave, sino de fiesta grande: las hermanas conmemoraron 30 años de la beatificación de la Madre María de San José, fundadora de la congregación. Beatificada en 1995 por San Juan Pablo II, esta venezolana, nacida en 1875 y fallecida en 1967, dejó un legado imborrable. “Era sencilla, siempre trabajando por los desahuciados de todos, los que nadie quería”, dice Gracelia. Hace tres meses celebraron sus 150 años de nacimiento, y en 2026 festejarán los 125 años de la congregación.

En Los Teques, su huella está en el Hogar María Briceño, fundado en 1950 para hijas sanas de madres tuberculosas que eran tratadas en el Sanatorio Padre Cabrera. “Las mamás se escapaban del hospital para verlas, y Madre María dijo: ‘Hagamos un hogar’”, relata la hermana entrevistada.

Hoy, el Colegio María Briceño educa desde preescolar hasta bachillerato, mientras que en la casa general se forma a las jóvenes que quieren ser religiosas. También reparten hostias gratis a parroquias de Los Teques, Maracay y Caracas desde su ostiario. Esta sede se ubica en la comunidad Quebrada de La Virgen, en la capital mirandina.

De hecho, la Madre María visitó la ciudad de Los Teques antes de morir, viendo en obra lo que hoy es su casa madre, cuando se encontraba primeramente en Punta Brava, mientras que la edificación actual alcanzó a verla en construcción. “Su sueño nos guía”, afirma Gracelia, quien promueve su canonización desde las redes y a través de cada una de sus labores diarias, junto con otras hermanas, que actúan siguiendo el legado de la beata.

Orando por el nuevo pontífice

En su convento rodeado de verde y el clima característico de la ciudad, las hermanas comenzaron a rezar por León XIV, aunque desde la muerte del papa Francisco, iniciaron oraciones por el nuevo Pontífice, sin importarles quién resultara escogido. “Sabemos que su tarea es pesada, pero la Virgen y San Agustín lo cuidan”, manifestó Gracelia. 

Más allá de sus plegarias, estas hermanas son un refugio de amor en Quebrada La Virgen. Su Hogar María Briceño no solo educa, sino que abraza a niños que necesitan un cariño protector. Con fe, educación y ternura, están empeñadas en darles un futuro lleno de esperanza, como Madre María les enseñó, demostrando que su misión es un faro de luz para los más vulnerables.

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