Eduardo Granados (22), Jeison Pérez (21) y Moisés Adrian (16) fueron acribillados dentro de una residencia. Los pistoleros entraron a la fuerza y también hirieron a José Alejandro Mora (21), quien se debate entre la vida y la muerte a causa de un proyectil en el cuello

A las 4:30 de la mañana de ayer, luego de bailar y disfrutar durante toda la noche, al menos 50 personas se lanzaron al piso aterrorizadas por el estruendo de una balacera. Los pistoleros entraron sin que nadie pudiera impedirlo y en cuestión de minutos le segaron la vida a Eduardo José Granados  (22), Jeison Javier Pérez (21) y Moisés David Adrian Díaz (16).

Los cadáveres quedaron tendidos dentro de una residencia adyacente a la licorería en la parte baja de La Matica, hasta donde se trasladaron técnicos de la Medicatura Forense de Los Teques para ejecutar el levantamiento. En el hecho resultó herido José Alejando Mora (21), quien se debate entre la vida y la muerte en terapia intensiva del hospital Victorino Santaella, luego de ser impactado por un proyectil en el cuello. En tanto, sabuesos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) recolectaron algunas evidencias e iniciaron las averiguaciones para determinar el móvil y la identidad de los asesinos.

A la morgue local llegaron gran cantidad de familiares que se mostraron consternados por el triple homicidio, pues los muchachos, que recibieron más de cinco tiros cada uno, no sostuvieron ninguna discusión ni se presentó alguna situación irregular en el transcurso de la celebración. En tanto, allegados a Pérez aseguraron que era un muchacho tranquilo sin ningún tipo de vicios.

Toque de queda para los lugareños

En los últimos dos meses, vecinos de Vuelta Larga en La Matica tienen que llegar a sus hogares antes de las 6:00 de la tarde, pues de lo contrario corren el riesgo de quedar atrapados en los incontables tiroteos. Al parecer, se trata de una guerra entre bandas por el control de la localidad. Motorizados vendiendo droga a plena luz del día, atracos diarios en los autobuses y vecinos aterrorizados por la inseguridad galopante son parte de la cotidianidad en la comunidad; mientras que funcionarios policiales se quejan porque nadie ha querido darles datos específicos sobre los azotes que hacen de las suyas sin ton ni son.

Como se recordará, hace menos de un mes, un grupo de delincuentes tiroteó y quemó un rancho en San Corniel; mientras que unos días más tarde más de 15 motorizados atacaron a tiro limpio a comisiones de Polimiranda, cuyos funcionarios recibieron el llamado de auxilio de los lugareños. / Andreina Ibarra/Foto: Félix Laucho