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Una noche infernal en Los Teques

Aquel sábado

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Ronald Peñaranda

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Hace casi 15 años le echaron candela a un módulo de Poliguaicaipuro


La muerte de Andrés Alfonso Jiménez Beltrán, de 52 años de edad, desató la ira de sus familiares y vecinos de Santa Eulalia, quienes arremetieron contra un módulo de Poliguaicaipuro que funcionaba en El Cabotaje en Los Teques, justo en frente de la Tienda del Pollo.

Era el sábado 29 de agosto de 2010, a eso como a las 8:00 pm, un gentío que provenía de la calle Ramón Vicente Tovar, lanzó piedras y botellas contra la casilla policial. Obligaron a los funcionarios que se encontraban de guardia a abandonar el lugar, voltearon un carro Fiat Palio, color rojo, aparentemente propiedad de uno de los oficiales, que se encontraba estacionado al frente del módulo y le echaron candela.

Acto seguido sacaron casi a la fuerza a los policías que quedaron adentro e incendiaron la estructura. El fuego se extendió por toda el área. Minutos más tardes llegaron efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), Polimiranda y también de Poliguaicaipuro a intentar controlar la situación.

La confusión reinó en el lugar, sobre todo cuando en la zona se escucharon varias detonaciones. Los comercios que aún estaban abiertos a esa hora bajaron las santamarías. Uniformados del Iapem lanzaron bombas lacrimógenas y vecinos de residencias Miracielos, edificio Araguaney resultaron afectados por los efectos de los gases. Ocho niños presentaron afecciones respiratorios. Ellos fueron atendidos por funcionarios de Protección Civil que llegaron al sitio en una ambulancia.

Dos horas antes de este desastre, es decir a las 6:00 pm y de acuerdo a testimonios de la esposa de la víctima que recogió Avance que cubrió desde el  primer momento el suceso, Jiménez Beltrán salió de su casa en Santa Eulalia para comprar alimentos para luego regresar y bañarse para acostarse a descansar.

Versiones encontradas

No obstante la versión de la policía indicaba que el hombre, que según sus investigaciones era vendedor de droga, ese día lo sorprendieron en plena faena cerca de un bar. Cuando lo iban a detener introdujo los envoltorios de cocaína a la boca. Los policías intentaron sacarlo pero se tragó uno “y la muerte puede haber sido por infarto o porque se le reventó en el estómago un envoltorio”, aseguró Carlos Solano, quien era el director de la policía municipal en aquel momento.

Los parientes del individuo, acusaron a un policía moreno y canoso que prestaba servicio en el módulo de haberlo golpeado varias veces en el estómago. Lo trasladaron al CDI del Padre Cabrera donde ingresó sin signos vitales.

Según los familiares Andrés Jiménez era un pintor, mientras que para Poliguaicaipuro tenía un amplio prontuario por posesión de sustancias estupefacientes y se encontraba bajo régimen de presentación.

“Si hay responsabilidad policial pagarán con cárcel”, advirtió Alirio Mendoza, quien era el alcalde de la época. Las protestas se extendieron por varios días.

De aquel hecho ya han pasado casi 15 años y del módulo solo quedó el piso. Más nunca volvieron a restituir la casilla policial.

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